El presidente de Estados Unidos aborda el sensible caso de Laken Riley en el discurso de la Unión, enfatizando en la necesidad de una reforma migratoria sin estigmatizar a los inmigrantes.
En un discurso de la Unión marcado por momentos de profunda emoción y política compleja, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se enfrentó a uno de los casos más sensibles en la actualidad estadounidense: el homicidio de Laken Riley, una universitaria en Georgia, supuestamente a manos de un inmigrante venezolano recién llegado al país.
«Laken Riley, una joven mujer inocente que fue asesinada por un indocumentado. Es cierto. Pero cuántos miles de personas son asesinadas por indocumentados», dijo Biden, destacando el caso sin ceder a las presiones para estigmatizar a los inmigrantes.
En un gesto simbólico, el presidente mostró a las cámaras un pin con el rostro de la joven, entregado por la legisladora republicana Marjorie Taylor Greene, como recordatorio de la tragedia y el desafío que representa.
Riley, encontrada inconsciente y herida en una zona boscosa a mediados de febrero, se convirtió en el centro de un debate nacional sobre inmigración y seguridad.
José Antonio Ibarra, el principal sospechoso de su asesinato, no era estudiante de la Universidad de Georgia y había entrado a Estados Unidos por la frontera con México en 2022, en medio de la creciente ola migratoria.
Sin embargo, Biden se mantuvo firme en su postura de buscar soluciones al sistema migratorio sin demonizar a los inmigrantes.
«Tengo entendido que mi predecesor llamó a los republicanos del Congreso y les pidió que lo bloquearan. Esto no se trata de mí o de él. Sería una victoria para Estados Unidos», afirmó, haciendo un llamado a los congresistas para que aprueben un proyecto migratorio bipartidista. Según el presidente, esta legislación no solo «salvará vidas», sino que también permitirá cerrar temporalmente la frontera en situaciones «abrumadoras».