La obra de la exmonarca danesa alcanza cifras inesperadas, evidenciando su impacto en el mundo del arte más allá de la corona.
En un evento que capturó la atención de coleccionistas y admiradores del arte, una pintura abstracta de la Reina Margarita II de Dinamarca, ha superado todas las expectativas al ser vendida por 160.000 coronas danesas (aproximadamente 23.300 dólares) en una subasta en Copenhague. La pieza, un cuadro acrílico sin título de 1998, refleja no solo el talento de la monarca en las artes plásticas sino también el creciente interés por su obra, que parece ganar reconocimiento y valor en el mercado del arte.
Esta venta marca un momento significativo en la percepción pública del talento artístico de la Reina Margarita, quien a sus 83 años, ha mantenido una carrera prolífica en el mundo del arte, contribuyendo no solo a través de la pintura, sino también en el diseño de vestuario y escenografías para ballet, ilustraciones para libros y diseño de objetos religiosos y decorativos.
La abdicación de Margarita a comienzos de año, alegando problemas de salud, dejó a muchos sorprendidos, siendo la primera monarca danesa en renunciar voluntariamente al trono en casi 900 años. Sin embargo, este acto también parece haber abierto un nuevo capítulo en la apreciación de su obra artística, como evidencia la reciente subasta realizada por Bruun Rasmussen, una de las casas más prestigiosas de Dinamarca.
Niels Boe-Hauggaard, representante de Bruun Rasmussen, señaló que las obras de Margarita raramente son ofrecidas al público, lo que añadió una capa de exclusividad y expectativa alrededor de este evento. La reacción del mercado refleja no solo el valor artístico de la pieza sino también el profundo respeto y admiración por la exmonarca, cuya vida y obra continúan inspirando a muchas generaciones dentro y fuera de Dinamarca.
Margareta ha demostrado ser una figura multidimensional, cuya pasión por las artes ha trascendido su rol ceremonial como cabeza de una de las monarquías más antiguas de Europa. Desde la ilustración de escenas de «El Señor de los Anillos» hasta su reciente nominación a dos Premios Roberts por su trabajo en el cine, su contribución al patrimonio cultural danés y mundial es indiscutible.