En su más reciente crítica, el ex presidente arremetió contra Jimmy Kimmel y propuso a George Stephanopoulos como posible reemplazo.
En la constelación de eventos que capturan la atención de audiencias globales, los Premios Oscar resplandecen con luz propia, aunque no siempre bajo el foco de la admiración. Donald Trump, ex presidente de Estados Unidos y figura polémica donde las haya, ha convertido en una suerte de tradición anual el ejercicio de lanzar críticas contra este evento cinematográfico. En la edición de este año, el objetivo de sus dardos ha sido el presentador de la noche, Jimmy Kimmel, en una ceremonia donde “Oppenheimer” y “Poor Things” brillaron con luz propia al llevarse la mayoría de los galardones.
Desde su plataforma en Truth Social, Trump no dudó en expresar su descontento: “¿Ha habido ALGUNA VEZ un PEOR ANFITRIÓN que Jimmy Kimmel en los Oscars? Su apertura fue la de una persona menos que promedio tratando demasiado de ser algo que no es, y nunca podrá ser”. La respuesta de Kimmel, infundida de su característico humor, no se hizo esperar durante la transmisión en vivo: “Gracias, Presidente Trump. Gracias por mirar, ¿ya pasó su condena en prisión?”.
Jimmy Kimmel just read this post by Trump and then asked “isn’t it past your jail time?” pic.twitter.com/y7DUt2I6nE
— Yashar Ali 🐘 (@yashar) March 11, 2024
Las críticas de Trump hacia la Academia y sus ceremonias no son nuevas. Desde cuestionar el cambio de denominación de “Academy Awards” a “Oscar” hasta expresar su descontento por la victoria de “Parasite” en medio de tensiones comerciales con Corea del Sur, el exmandatario ha mostrado una actitud consistentemente crítica hacia el evento. Incluso, ha llegado a proponer reemplazos para los presentadores, como en su más reciente sugerencia de George Stephanopoulos en lugar de Kimmel, a quien describió como “otro talento lavado pero barato de ABC”.
Jimmy Kimmel calls out Donald Trump at the 2024 #Oscars pic.twitter.com/bAGWxUFg9P
— The Hollywood Reporter (@THR) March 11, 2024
La ceremonia de los Oscars, un evento que tradicionalmente ha sido una celebración del talento cinematográfico, parece haberse convertido también en un escenario para el debate político y cultural, tal como lo reflejan las críticas de Trump. Este último episodio de desaprobación por parte del ex presidente, calificando la ceremonia como políticamente correcta, aburrida, y sesgada, reabre la discusión sobre el impacto de la política en los espacios culturales y viceversa. Con su llamado a «Hacer América Grande Otra Vez» mediante la restauración de las cifras de audiencia de los Oscars, Trump plantea una visión donde el mérito y no la corrección política debería ser el criterio de premiación.