Biden «desolado» por muerte de rehén estadounidense en manos de Hamás
El devastador eco de un ataque terrorista se siente en el corazón de dos naciones, mientras Joe Biden y el mundo piden justicia y paz.
La noticia del fallecimiento de Itay Chen, un joven de 19 años con doble nacionalidad israelí-estadounidense, en un ataque terrorista perpetrado por el grupo terrorista Hamas el pasado 7 de octubre, ha dejado una herida profunda en el alma colectiva de Estados Unidos e Israel. El presidente Joe Biden, junto con su esposa Jill, expresó estar «devastado» al confirmarse la noticia, un sentimiento que traspasa las fronteras de lo político para tocar lo humano y lo universal.
«Hoy nos duele el corazón. Jill y yo estamos desolados al saber que el estadounidense Itay Chen fue asesinado por Hamas durante su brutal asalto terrorista del 7 de octubre», manifestó Biden en un comunicado que refleja no solo el dolor de una nación, sino el de cada individuo que ve cómo el terrorismo sigue cobrando vidas inocentes.
En diciembre, la familia de Itay, con el corazón encogido por la incertidumbre, visitó la Casa Blanca. «Nadie debería tener que soportar ni un solo día lo que ellos han pasado», reflexionó Biden, quien recibió una menorá de manos de la familia Chen como símbolo de esperanza y resistencia ante la adversidad.
El conflicto, lejos de ser una disputa aislada, ha captado la atención del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, especialmente tras la petición de Israel Katz, ministro israelí de Asuntos Exteriores, de ejercer presión sobre Hamas. Katz pidió al Consejo condenar los crímenes de violencia sexual perpetrados durante el ataque, comparando las acciones de Hamas con las de organizaciones terroristas como Al Qaeda y ISIS.
La comunidad internacional, liderada por voces como la de Biden y Katz, busca no solo justicia para Itay y los demás afectados por este ataque sino también una solución duradera que prevenga futuras tragedias. La resolución propuesta por Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad condena el ataque de Hamas, su secuestro y asesinato de rehenes, y la violencia sexual, señalando un paso hacia el reconocimiento y la acción internacional contra el terrorismo.
Mientras tanto, la familia de Itay Chen, junto con el mundo, espera la devolución de su cuerpo, un acto que, aunque pequeño frente a la magnitud de su pérdida, simbolizaría un gesto de humanidad en medio del dolor.