En respuesta a acciones militares israelíes, Hezbollah intensifica el conflicto con un masivo ataque de cohetes, marcando un posible preludio a un nuevo enfrentamiento en Medio Oriente.
La tensión entre Israel y Hezbollah ha alcanzado un nuevo pico este martes tras el lanzamiento de unos 100 cohetes por parte del grupo chií libanés hacia el norte de Israel. En un comunicado, Hezbollah afirmó que el ataque, dirigido a dos bases militares en los Altos del Golán, es una respuesta directa a los recientes ataques israelíes, incluido el bombardeo en Baalbek.
Este acto de agresión marca una escalada significativa en el conflicto entre ambas partes, siendo el más severo desde los enfrentamientos de 2006. Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en respuesta, aviones militares israelíes alcanzaron «tres lanzaderas usadas para disparar cohetes», en un intento por mitigar la amenaza inmediata.
La situación en Medio Oriente se encuentra en un punto crítico, con el intercambio de fuego diario alimentando el temor de una nueva guerra entre Israel y Líbano. Además, los ataques no solo han impactado la frontera entre ambos países sino que también han afectado áreas alejadas, incluyendo un ataque cerca de Beirut que resultó en la muerte de un líder de Hamas.
Mientras tanto, en un esfuerzo por abordar la crisis de manera diplomática, Israel ha instado a la ONU a presionar a Hamas para lograr un acuerdo que ponga fin al secuestro de personas durante el ataque del 7 de octubre contra Israel. El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, ha hecho un llamado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para condenar los crímenes de violencia sexual cometidos y ejercer presión sobre Hamas, solicitando incluso la imposición de sanciones contra el grupo por crímenes considerados más graves que aquellos cometidos por otras organizaciones terroristas reconocidas.
El mundo observa atentamente mientras el Consejo de Seguridad considera una resolución redactada por Estados Unidos que busca condenar los actos de Hamas, en un contexto donde la violencia y la agresión amenazan con desestabilizar aún más la región. La comunidad internacional se encuentra ante el desafío de encontrar una solución que no solo aborde las acciones inmediatas de los grupos involucrados sino que también busque una paz duradera en Medio Oriente.