Los vuelos AR1325 y AR1324 de Aerolíneas Argentinas navegan por el espacio aéreo de Esequibo, esquivando las restricciones de Venezuela en un contexto de tensiones diplomáticas.
En un contexto donde la diplomacia parece flotar a la deriva entre nubes de tensión, Aerolíneas Argentinas ha demostrado que aún es posible encontrar rutas alternativas en el vasto cielo.
Los vuelos AR1325 y AR1324 se han convertido en símbolos de astucia aérea, evadiendo las restricciones impuestas por el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, al volar por el espacio aéreo de Esequibo.
Esequibo, una región reclamada por Venezuela pero no bajo su control, se ha convertido en la ruta de escape para estos aviones argentinos. Este movimiento no solo es un acto de navegación sino también una declaración sutil en el juego del ajedrez geopolítico.
La prohibición de Maduro responde a la investigación que lleva adelante la justicia argentina sobre un avión venezolano-iraní, sospechoso de espionaje y con presuntos vínculos terroristas. Este avión, perteneciente a EMTRASUR, una empresa estatal venezolana, fue decomisado en Argentina, desatando una ola de represalias verbales y, ahora, aéreas contra el país austral.