La iniciativa, que beneficia a los implicados en el intento de secesión de Cataluña en 2017, recibe luz verde en el Congreso y se dirige al Senado entre aplausos y críticas.
En un giro que marca un antes y un después en la política española, el Congreso dio luz verde a la controvertida ley de amnistía que busca cerrar heridas abiertas desde el intento de secesión catalán de 2017. Con 178 votos a favor y 172 en contra, la norma pactada entre el Partido Socialista y las fuerzas independentistas catalanas logra superar una etapa crucial, apuntando ahora hacia el Senado para su próxima batalla legislativa.
La sesión plenaria de este jueves, cargada de expectación y sin desviaciones inesperadas en el resultado, evidenció la polarización que aún suscita el tema catalán en el espectro político español. Frente al rechazo expresado por el Partido Popular, Vox y algunas formaciones regionales, la ley encontró su paso gracias al apoyo de los últimos reductos independentistas, que vieron satisfechas sus demandas para blindar las causas de terrorismo, un punto crítico dado que Carles Puigdemont, figura emblemática del proceso, enfrenta acusaciones bajo este cargo.
«Estamos satisfechos», declaró Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, minutos después de la votación. Aunque su presencia en el pleno se limitó al momento crucial, su breve aparición no pasó desapercibida, marcando la importancia del evento.
Testigos de excepción en esta jornada fueron Oriol Junqueras y Laura Vilagrà, figuras centrales del independentismo catalán, quienes desde la tribuna de invitados siguieron el debate, recordatorio viviente de las profundas huellas que el referéndum ilegal de 2017 dejó en el tejido social y político del país.