En medio de una creciente tensión política, Nicolás Maduro reafirma su compromiso con la «revolución chavista» y lanza un desafío directo a la oposición y a influencias extranjeras.
En un acto de aceptación de la candidatura por el Gran Polo Patriótico «Simón Bolívar», el presidente Nicolás Maduro marcó la ruta hacia las próximas elecciones presidenciales en Venezuela con un discurso cargado de críticas hacia la oposición y rechazo a influencias extranjeras, específicamente de la oligarquía colombiana y el modelo político de países como Argentina bajo la administración de Javier Milei.
Maduro preguntó retóricamente a su audiencia si desean que el poder político en Venezuela caiga en manos de un supuesto títere de Álvaro Uribe Vélez y la oligarquía colombiana. «A los apellidos, a la oligarquía, a los títeres vende patria le decimos que a Venezuela no volverán», afirmó.
Con un tono desafiante, el mandatario aseguró que, pese a las traiciones y adversidades, los «leales, valientes, patriotas y echados para adelante» permanecerán firmes, asegurando que secarán a los traidores y avanzarán en el proyecto revolucionario. Además, hizo un llamado especial a los jóvenes que se sienten desilusionados por la «oposición fascista» para que se integren al proyecto del Gran Polo Patriótico y contribuyan a la construcción de una Venezuela «grande, de la unión y de la soberanía».
En un contexto de alerta ante posibles disturbios, Maduro acusó a la oposición de prepararse para desatar «guarimbas» en los meses previos a la elección, un escenario que, según él, es parte de un plan de desestabilización impulsado por «los apellidos del imperialismo».
A pesar de la crisis del país, Maduro se mostró confiado en la victoria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en las urnas, argumentando que la lucha es por la paz, contra la oligarquía y en favor de una Venezuela grandiosa. «Por la paz, contra la oligarquía, por la Venezuela grande, vamos a ganar», concluyó.