En respuesta al ataque de Moscú y posibles intentos en Francia, Macron eleva el nivel de alerta y pide cooperación, evitando la instrumentalización contra Ucrania.
Ante la sombra de ISIS-K y el reciente ataque en Moscú, Europa se encuentra en estado de máxima alerta. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha puesto en marcha un plan de seguridad sin precedentes en Francia, aumentando la vigilancia y la protección en lugares clave ante la posibilidad de ataques similares.
Macron, destacando la gravedad de la situación, enfatizó la necesidad de una respuesta europea coordinada, subrayando que los intentos previos de atentados en Francia por parte de ISIS-K justifican esta decisión.
La declaración de Macron llega en un momento crítico, justo cuando la seguridad se convierte en una prioridad ante los próximos Juegos Olímpicos de París.
El Ministro del Interior, Gérald Darmanin, aseguró que las fuerzas de seguridad francesas están preparadas para garantizar la seguridad del evento, reflejando la seriedad con la que Francia toma las amenazas actuales.
Mientras tanto, en Italia, la preocupación también está en aumento. El Ministerio del Interior italiano ha intensificado las medidas de vigilancia, especialmente durante la Semana Santa, un periodo de alta congregación y celebraciones. La atención se centra en prevenir ataques de «lobos solitarios», aquellos individuos que actúan independientemente de grupos terroristas organizados, pero que representan una amenaza igualmente grave.
Macron, en un tono de cautela y colaboración, instó a Rusia a evitar cualquier «instrumentalización o deformación» del ataque en Moscú para fines políticos contra Ucrania, argumentando que sería «cínico y contraproducente». Esta postura refleja una delicada diplomacia en tiempos de tensiones crecientes.