Las tensiones escalan mientras las negociaciones en Doha enfrentan dificultades, con Israel calificando de «delirantes» las demandas de Hamás y ambos bandos aferrándose a sus posturas.
El proceso de paz entre Israel y Hamás ha encontrado un nuevo obstáculo, con Israel desestimando las demandas del grupo islamista como «delirantes». Este rechazo marca un punto crítico en las negociaciones que buscan poner fin a la escalada de violencia en la Franja de Gaza, donde los combates y los bombardeos continúan sin cesar, agravando la crisis humanitaria.
«Hamás rechazó una vez más una propuesta que contaba con el apoyo estadounidense y reiteró sus exigencias extremas: un fin inmediato de la guerra, una retirada completa de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza y la permanencia en el poder para poder repetir una y otra vez la masacre del 7 de octubre», acusó el gobierno israelí, evidenciando la profundidad del desacuerdo entre ambas partes.
Por su parte, el grupo terrorista Hamás mantiene su postura, exigiendo un alto al fuego «integral», la retirada de las tropas israelíes y un acuerdo de canje de rehenes por prisioneros palestinos, condiciones que Israel considera inaceptables. «Netanyahu y su Gobierno extremista tienen toda la responsabilidad de frustrar todos los esfuerzos de negociación y obstaculizar el logro de un acuerdo hasta el momento», indicó Hamás en un comunicado, atribuyendo a Israel la responsabilidad por el estancamiento de las negociaciones.
Mientras tanto, en Doha, las negociaciones continúan pese a las «dificultades», con la presencia de equipos negociadores de todas las partes. Majed al Ansari, portavoz del ministerio de Exteriores catarí, afirmó que «las reuniones siguen en Doha, no hay ningún desarrollo que permita pensar que alguna de las partes se ha ido de las mismas». Este esfuerzo diplomático se ve complementado por la reciente resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que pide un alto el fuego en Gaza, aunque hasta ahora sin un impacto directo en las conversaciones.