Jerusalén se levanta: Multitudinaria protesta exige la dimisión de Netanyahu

PROTESTAS

Entre demandas de elecciones anticipadas y un clamor por los rehenes en Gaza, Israel se encuentra en un momento crucial.

En una demostración de descontento que sacudió las calles de Jerusalén este domingo, miles de personas salieron a protestar contra la gestión del primer ministro Benjamín Netanyahu, especialmente críticas por su manejo de la guerra en la Franja de Gaza, que ya roza los seis meses de duración. La exigencia clara: elecciones anticipadas y un cambio en el liderazgo del país.

La protesta, que tomó un carácter particularmente emotivo con la inclusión de familiares de los rehenes secuestrados por Hamás, no solo reflejó la frustración con la guerra en sí, sino también con la incapacidad percibida del gobierno para asegurar el regreso de los 130 israelíes aún cautivos en Gaza. «Si no puede traerlos de vuelta, dé un paso al lado, váyase. Necesitamos a alguien en su lugar que sí pueda hacerlo», declaró la hija de una de las rehenes liberadas, resonando el sentimiento de indignación que permeó el evento.

Contrastando con el fervor en las calles, Netanyahu descartó la posibilidad de adelantar comicios, argumentando que esto solo entorpecería las negociaciones en curso para la liberación de los secuestrados. «El primero en agradecerlo sería Hamás», aseveró, mientras enfrenta acusaciones de utilizar la situación prolongada de conflicto para esquivar responsabilidades legales y proteger sus intereses políticos.

Entre los manifestantes, la voz de Maya Gal, de 70 años, se alzó para denunciar la prolongación de la guerra por parte de Netanyahu, acusándolo de indiferencia hacia el destino de los soldados y rehenes a favor de sus intereses políticos. Esta percepción de una crisis de liderazgo se vio amplificada por las críticas del jefe de la oposición, Yair Lapid, quien cuestionó la decisión de no cancelar el receso de primavera de la Knéset en momentos tan críticos.

Además, la protesta evidenció la división social en torno al servicio militar obligatorio, con soldados en la reserva exigiendo el fin de las exenciones para los estudiantes ultraortodoxos, una política gubernamental que expira, aumentando la presión sobre un gobierno ya asediado por múltiples frentes.

En medio de este clima de protesta y descontento, el primer ministro Netanyahu fue operado «exitosamente» de una hernia, según informes de su despacho, dejando entrever su intención de continuar al frente del país pese a las crecientes demandas de su dimisión.

Israel se encuentra en un momento crítico, con su sociedad profundamente dividida entre la lealtad al liderazgo actual y el anhelo de cambio. Las manifestaciones en Jerusalén no son solo un reflejo de descontento, sino también un llamado a la acción en un país que enfrenta desafíos internos y externos sin precedentes.

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