Cuba en ebullición: Detenciones masivas resultado de las protestas de marzo

CUBA

El clamor por alimentos, electricidad y libertades desata una ola de arrestos en la isla, con Holguín y Santiago de Cuba a la cabeza.

Este sábado, la ONG Prisoners Defenders (PD) sacó a la luz la intensificación de las detenciones en Cuba a raíz de las protestas ocurridas el pasado 17 de marzo, conocidas como 17M, que se hicieron eco de un clamor popular por la falta de alimentos, electricidad y libertades fundamentales. Según registros de PD, un total de 41 personas fueron detenidas, destacándose Holguín y Santiago de Cuba con el mayor número de arrestos. La lista se extiende por varias provincias, evidenciando una respuesta generalizada ante las manifestaciones.

La organización, con base en Madrid, había denunciado inicialmente 38 detenciones pero advirtió que este número podría aumentar a medida que avanzaban sus investigaciones. De hecho, el balance actual incluye liberaciones, aunque la tensión entre los ciudadanos y las fuerzas del orden parece lejos de disminuir.

Un caso que resalta la dureza de estas intervenciones es el de Cristian Kindelán, un joven de 18 años detenido en Santiago de Cuba. Su detención y la posterior de su padre, Asdrúbal Kindelán Garbey, quien intentó denunciar el arresto de su hijo, subraya la creciente preocupación por la libertad de expresión en la isla. «No tengo que dar explicaciones para detener a alguien», fue la respuesta que recibió la familia de un oficial del Ministerio del Interior, según Teresa Garbey, madre de Asdrúbal y abuela de Cristian.

Las cifras de detenidos varían según la fuente, pero lo que es innegable es el aumento de la represión en respuesta a las protestas desencadenadas por largas jornadas de apagones y una crisis alimentaria y energética aguda. Los gritos de «Libertad», «Tenemos hambre» y «Queremos corriente» resuenan como un eco de las profundas necesidades y frustraciones de una población cada vez más asfixiada por la situación actual.

La respuesta del gobierno cubano a estas manifestaciones es un tema de preocupación para organizaciones de derechos humanos a nivel internacional, que siguen de cerca el desarrollo de los acontecimientos en la isla. Mientras tanto, las historias de los detenidos y sus familias, como la de los Kindelán Garbey, se convierten en símbolos de la lucha por las libertades fundamentales en un país marcado por la disidencia y la esperanza de cambio.

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