Solidaridad latinoamericana con México tras incursión en embajada: El caso de Jorge Glas

GLAS

Gobiernos de la región, liderados por Brasil, condenan la acción de Ecuador contra la embajada mexicana en Quito en el controvertido arresto de Jorge Glas.

El sábado, la solidaridad latinoamericana se hizo sentir con fuerza hacia México, después de que su embajada en Ecuador fuera el escenario de un dramático allanamiento para arrestar al polémico político Jorge Glas, a quien México había concedido asilo. La operación, calificada por México como un acto «autoritario» y una transgresión al derecho internacional, ha suscitado una oleada de condenas regionales, poniendo en relieve las tensiones entre Quito y Ciudad de México.

La Cancillería de Brasil fue una de las primeras en pronunciarse, catalogando la incursión como una «clara violación» a las normativas internacionales que salvaguardan la integridad de las misiones diplomáticas. «La acción de Ecuador contra la embajada debe ser objeto de un fuerte repudio», enfatizó el gobierno brasileño en un gesto de apoyo hacia México.

La controversia se intensificó cuando Alicia Bárcena, máxima diplomática de México, reveló que miembros del personal de la embajada resultaron heridos durante la redada y anunció que México presentará una queja formal ante la Corte Internacional de Justicia por «graves violaciones del derecho internacional».

Mientras tanto, la Organización de Estados Americanos ha llamado al diálogo entre las partes involucradas, anunciando una sesión especial para abordar el cumplimiento de los tratados internacionales, incluyendo aquellos que consagran el derecho de asilo.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, también se manifestó, subrayando la importancia de adherir a los principios del derecho internacional en América Latina, y anunció la búsqueda de protecciones de derechos humanos para Glas, quien ahora enfrenta cargos de corrupción en Ecuador.

Glas, quien ha sido dos veces condenado por corrupción, se refugió en la embajada de México en Quito desde diciembre, buscando asilo político ante lo que él considera una persecución política por parte del gobierno ecuatoriano, una afirmación que Quito rechaza.

La decisión de México de conceder asilo a Glas, seguida de su arresto, ha abierto un debate sobre el respeto a la soberanía diplomática y el derecho internacional, con repercusiones que van más allá de las fronteras de Ecuador y México, reforzando la importancia de la solidaridad y el diálogo en la región.

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