Nuevas alianzas y cooperación en defensa aérea entre Israel y naciones árabes, mediadas por EE.UU., demuestran su eficacia en repeler ataques iraníes.
La reciente interceptación del 99% de los ataques con drones y misiles lanzados por Irán contra Israel no solo demuestra la eficacia de las medidas defensivas de Israel, sino que también resalta el éxito de los Estados Unidos en forjar vínculos militares más estrechos entre Israel y sus antiguos adversarios árabes. Este esfuerzo conjunto ha sido crucial para contrarrestar la amenaza que representa el régimen iraní en la región.
El fortalecimiento de estas alianzas se ha acelerado significativamente desde la firma de los Acuerdos de Abraham en 2020, negociados durante la administración Trump, que formalizaron las relaciones diplomáticas entre Israel, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Este pacto no solo normalizó las relaciones diplomáticas, sino que también estableció un marco para la cooperación en seguridad y defensa.
La inclusión de Israel en el Comando Central de los Estados Unidos (CENTCOM) en 2022 fue un punto de inflexión, según Dana Stroul, exfuncionario del Pentágono. Esto facilitó la compartición de inteligencia y la alerta temprana entre Israel y los países árabes, permitiendo una coordinación sin precedentes. Un alto funcionario israelí citado reveló que esta integración permitió operaciones que eran impensables en el pasado.
Según informes, en la víspera del ataque iraní, funcionarios de Arabia Saudita y otros países árabes compartieron información vital sobre los planes de Teherán con Israel y Estados Unidos, permitiendo preparativos defensivos efectivos. Esta colaboración incluyó la apertura de espacios aéreos y el apoyo directo en interceptaciones.
El ataque, que involucró más de 300 drones y misiles dirigidos a Israel, fue contrarrestado con una red integrada de defensa que incluyó radares de alerta temprana y aviones de combate no solo de Israel y Estados Unidos, sino también de Reino Unido, Francia y Jordania, operando desde bases en Jordania y otros puntos estratégicos en la región.
La efectividad de esta alianza se manifestó en los resultados: solo una pequeña fracción de los misiles logró alcanzar territorio israelí, con daños mínimos. Este éxito no solo subraya la capacidad de defensa de Israel, sino que también demuestra el poder de la diplomacia y la cooperación militar en la estabilización de Oriente Medio.