La destacada figura política de Florida y crítico del manejo de la guerra de Iraq por parte de George W. Bush deja un legado de dedicación y servicio público.
Bob Graham, exsenador de Estados Unidos y gobernador demócrata durante dos mandatos en Florida, falleció a los 87 años, dejando un legado de servicio público y liderazgo en momentos críticos de la historia americana. Así lo confirmó su familia en un comunicado emitido este martes, destacando su vida dedicada al servicio y mejoramiento de su entorno.
Graham, conocido por su labor en la comisión de Inteligencia del Senado y por codirigir la investigación del Congreso sobre los atentados del 11 de septiembre, fue una figura clave en la formulación de políticas que fortalecieron la seguridad nacional de Estados Unidos. Fue también un ferviente opositor de la gestión de George W. Bush respecto a la guerra en Iraq, votando en contra de la autorización de la fuerza militar en 2002.
«Bob Graham dedicó su vida a mejorar el mundo que le rodeaba», expresó su familia en el comunicado. A lo largo de su carrera, Graham fue considerado para vicepresidente en las fórmulas de Bill Clinton y Al Gore, aunque su carrera presidencial en 2004 no tuvo éxito debido a desafíos de financiamiento y organización.
El político floridano también es recordado por su particular estilo de conexión con los votantes a través de sus «días de trabajo», durante los cuales trabajaba en diversos oficios junto a sus electores, desde obrero de la construcción hasta Santa Claus, mostrando su compromiso y entendimiento de las realidades diarias de sus votantes.
Figuras políticas de ambos partidos han rendido homenaje a Graham, destacando su patriotismo y su servicio ejemplar. El senador republicano de Florida Rick Scott y la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi expresaron su respeto y admiración por la labor de Graham en el Senado y su amor por Florida y su familia.
Graham deja un legado duradero no solo en la política, sino también en la educación y el compromiso cívico, a través del Bob Graham Center for Public Service en la Universidad de Florida, que fundó para fomentar el servicio público entre las nuevas generaciones.
Le sobreviven su esposa, Adele, sus cuatro hijas, y 10 nietos, quienes recuerdan con cariño a un hombre que no solo fue un líder político, sino también un devoto familiar.