En respuesta a la masiva marcha universitaria, el presidente argentino asegura que no cerrará las universidades públicas y exige auditorías para garantizar la correcta utilización de fondos.
El presidente de Argentina, Javier Milei, enfrentó críticas y protestas multitudinarias esta semana tras asegurar que mantendrá el financiamiento de las universidades públicas y demandará mayor transparencia en su gestión financiera. En el contexto de las mayores protestas hasta la fecha contra las políticas de austeridad de su gobierno, Milei reiteró en entrevistas con LN+ y Radio Rivadavia su compromiso con la educación superior gratuita.
«Jamás pensamos en cerrar las universidades públicas, jamás pensamos en desfinanciarlas», afirmó Milei, quien tomó posesión en diciembre con la promesa de reducir la inflación de tres dígitos y sanear la economía nacional. El mandatario respondió a las acusaciones de sus detractores, quienes, según él, han distorsionado sus políticas educativas. «Se llama falacia del hombre de paja. Nuestros opositores inventaron una mentira y nos atacan a partir de esa mentira», explicó.
Durante las protestas, que tuvieron lugar el pasado martes con la participación de cientos de miles de manifestantes en Buenos Aires y otras ciudades importantes, los asistentes expresaron su preocupación por la falta de recursos adecuados para las universidades en un contexto de inflación que rozó el 290% interanual en marzo. En respuesta a estas inquietudes, Milei anunció la semana pasada un aumento del 70% en las partidas de gastos de funcionamiento para marzo y otro incremento similar previsto para mayo, además de fondos extraordinarios destinados a hospitales universitarios.
«La marcha se hizo a pesar de que se habían girado los fondos», señaló Milei, sugiriendo que las protestas fueron influenciadas por motivaciones políticas y comparándolas con lo que él describió como «la campaña del miedo» de su rival electoral, Sergio Massa. Además, Milei denunció la presencia de «actores contratados» en las manifestaciones, quienes, según él, tergiversaron los hechos para desacreditar su gobierno.
Con las universidades declaradas en emergencia presupuestaria y la presión pública aumentando, Milei enfatizó la necesidad de auditorías, que no se han realizado en la última década, para asegurar la transparencia y el buen uso de los recursos públicos: «Dado que los pagadores de impuestos están financiando las universidades públicas, exigimos que haya auditorías. ¿Quién es el que no quiere ser auditado en el gasto? El ladrón», concluyó.