El Gobierno de España revisa al alza su crecimiento económico y ajusta a la baja el déficit público esperado para los próximos años.
Este martes, el Gobierno de España ha mejorado sus previsiones macroeconómicas para el próximo año, ajustando al alza el crecimiento esperado al 1,9% y reduciendo la proyección del déficit público al 2,5% del PIB, según la última actualización remitida a Bruselas. Estas cifras representan una mejora respecto a las proyecciones anteriores, situando al país en un camino más sostenible de recuperación económica.
El Ministro de Economía, Comercio y Turismo, Carlos Cuerpo, explicó que las nuevas reglas fiscales europeas, que entraron en vigor hoy, han influido en la decisión de actualizar el cuadro macroeconómico y la senda fiscal a dos años como una medida de transición. Estas reglas marcan un cambio significativo en la manera en que los estados miembros gestionan sus finanzas públicas, enfocándose más en la sostenibilidad a largo plazo.
Para 2024, el gobierno mantiene una proyección de crecimiento económico del 2% y se compromete a reducir el déficit público al 3% del PIB. Estas metas son vistas por Cuerpo como prudentes y posiblemente mejoren, dada la fuerte recuperación económica evidenciada en el crecimiento del PIB del primer trimestre del año, que fue del 0,7% trimestral y 2,4% interanual.
La demanda interna continuará siendo un motor clave para la economía, impulsada por el despliegue de fondos europeos, el incremento de los salarios y la creación de empleos, lo cual se espera que mantenga niveles récord de ocupación. Además, se anticipa un aumento en la recaudación fiscal a través del IRPF y el impuesto de sociedades, reflejo del buen desempeño del empleo y los beneficios empresariales respectivamente.
El IVA también se espera que genere ingresos adicionales del 2,4% debido a la fortaleza del consumo y la retirada de medidas para mitigar la inflación. Este escenario favorable permitirá a España, en 2025, alcanzar un superávit fiscal primario, excluyendo el pago de intereses de la deuda pública.
Ante estos ajustes positivos, el próximo 20 de septiembre, España deberá enviar a la Comisión Europea un plan fiscal estructural a cuatro o siete años, dependiendo de ciertas inversiones, con estrategias claras para reducir aún más el déficit público y encaminar la deuda pública hacia niveles inferiores al 60% del PIB.