El ministro designado de Seguridad Pública, Frank Ábrego, anuncia el inicio de estudios y contactos diplomáticos para cerrar la peligrosa frontera selvática por donde transitan miles de migrantes irregulares.
El Gobierno electo de Panamá, que asumirá el próximo 1 de julio, ha iniciado «contactos diplomáticos» y «estudios a través de organismos internacionales» para concretar sus planes de «cerrar» la frontera del Darién. Esta peligrosa selva, que limita con Colombia, es diariamente cruzada por miles de migrantes irregulares que viajan hacia Estados Unidos. El ministro designado de Seguridad Pública, Frank Ábrego, quien asumirá el reto de cerrar esta frontera selvática, confirmó la iniciativa.
«Ya iniciamos una serie de estudios, a través de organismos internacionales, él (Mulino) ha hecho algunos contactos a nivel diplomático y estamos en la preparación de un plan que con posterioridad se dará a conocer», afirmó Ábrego a los periodistas tras el anuncio de su designación. Ábrego, quien fue el primer director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) en 2008, fue elogiado por Mulino por su experiencia en expulsar a la guerrilla colombiana del Darién.
El nuevo ministro reconoció los desafíos del cierre de la frontera, una extensión de 260 kilómetros de selva, pero se mostró convencido de la viabilidad del proyecto. En respuesta a las preocupaciones sobre la posible violación de los derechos humanos en la repatriación masiva anunciada, Ábrego reiteró el compromiso de Panamá con los derechos humanos, destacando el trato actual a los migrantes en estaciones fronterizas donde reciben servicios básicos y se registran sus datos biométricos.
En lo que va de año, más de 153.003 migrantes irregulares han llegado a Panamá tras cruzar el Darién. En 2022, esta cifra superó los 520,000, destacando la magnitud de la crisis humanitaria. Unicef alertó que más de 30,000 menores y adolescentes han cruzado la selva en los primeros cuatro meses del año, un 40% más que en el mismo período del año anterior, y pronosticó que en 2024 podrían cruzar 800,000 personas, incluidos 160,000 menores.
«Panamá y nuestro Darién no es una ruta de tránsito. No señor, esa es nuestra frontera. El concepto de cierre que he esbozado implica un concepto filosófico que guarda relación con cerrar la frontera en función de que iniciaremos con ayuda internacional un proceso de repatriación con todo apego a los derechos humanos», explicó Mulino al ser proclamado presidente electo.