Keir Starmer promete reconstruir el Reino Unido tras histórica victoria laborista

STEIMER

El nuevo primer ministro británico inicia su mandato con un llamado a la renovación y un compromiso con el servicio público.

Este viernes, el nuevo primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, prometió en su primer discurso desde la residencia oficial de Downing Street que su gobierno trabajará de inmediato para «reconstruir» el país. “El trabajo para el cambio comienza de inmediato. Pero no tengan ninguna duda, reconstruiremos el Reino Unido”, declaró Starmer, tras la aplastante victoria del Partido Laborista en las elecciones legislativas que puso fin a 14 años de gobiernos conservadores.

Una multitud esperó la llegada del exabogado de derechos humanos, de 61 años, a su nueva residencia oficial, después de haberse reunido con el rey Carlos III en el Palacio de Buckingham. “Ahora nuestro país ha votado decididamente por el cambio, por la renovación nacional y por el regreso de una política al servicio público”, afirmó Starmer.

Los laboristas obtuvieron 412 de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, según los resultados del viernes, superando ampliamente el umbral de 326 necesarios para obtener la mayoría absoluta y gobernar en solitario. Los conservadores, liderados por el ex primer ministro Rishi Sunak, obtuvieron 121 escaños, una disminución significativa respecto a los 365 logrados hace cinco años bajo el liderazgo de Boris Johnson. Este resultado marca la cifra más baja para el partido desde su fundación en 1834.

Angela Rayner, viceprimera ministra

En su discurso, Starmer subrayó que «la política puede ser una fuerza para el bien» y agradeció la dedicación y trabajo duro de su predecesor. Aseguró que la “falta de confianza” en los políticos puede sanarse “con acciones, y no palabras”, prometiendo tratar “con respeto a cada uno de los ciudadanos” del país.

El Reino Unido ha tenido en apenas dos años cuatro primeros ministros: Boris Johnson, Liz Truss, Rishi Sunak y ahora Keir Starmer. Starmer estará acompañado por Angela Rayner, del ala izquierda del laborismo, quien asumirá como viceprimera ministra y «número 2» del Gobierno.

El primer ministro saliente, Rishi Sunak, anunció este viernes que dimitirá como líder del Partido Conservador una vez que sea elegido su sucesor, después de la fuerte derrota electoral. En una declaración ante la residencia oficial de Downing Street, antes de presentar su renuncia al rey Carlos III, Sunak reconoció que el pueblo británico ha “enviado un mensaje claro” y que ese es el “único juicio que importa”.

Acompañado por su esposa, Akshata Murty, Sunak elogió a Starmer, describiéndolo como un político “decente al que respeto”. “Cualesquiera que sean nuestros desacuerdos”, dijo Sunak, le desea lo mejor a Starmer y su familia mientras hacen “la gran transición a sus nuevas vidas detrás de esta puerta”.

La derrota histórica de los conservadores, quienes perdieron más de 240 escaños, se debió en parte a los avances de los liberaldemócratas en circunscripciones tradicionalmente ‘tories’, así como a los desafíos económicos y políticos que ha enfrentado el país, incluyendo las maratonianas negociaciones del Brexit, la pandemia, la crisis energética y los escándalos que plagaron la gestión de Boris Johnson.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, felicitó a Starmer por su «histórica» victoria e invitó al nuevo primer ministro a colaborar con la UE en asuntos de «interés común» como seguridad, energía y migración. Michel espera trabajar con el Gobierno de Starmer en la próxima reunión de la Comunidad Política Europea el 18 de julio en el Reino Unido.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, también enviaron sus felicitaciones y expresaron su deseo de trabajar en estrecha colaboración con el nuevo gobierno británico para abordar desafíos comunes y fortalecer la seguridad europea.

Con una mayoría absoluta, el liderazgo reformista de Keir Starmer promete un nuevo capítulo en la política británica, marcando el regreso de la izquierda al gobierno después de una larga fase de gobiernos conservadores.

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