El presidente de Estados Unidos enfrenta críticas y llamados a abandonar la carrera mientras asegura estar listo para un segundo mandato.
En un evento celebrado este domingo en Pensilvania, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio inicio a su campaña electoral para la reelección, asegurando a los votantes que está preparado para una intensa lucha por un segundo mandato. A pesar de las crecientes voces dentro de su propio partido que lo instan a retirarse de la contienda, Biden se mostró desafiante y determinado.
El recorrido de Biden comenzó en Filadelfia, donde visitó una iglesia pentecostal predominantemente afroamericana. Luego, se dirigió a una oficina de su campaña antes de culminar el día con una manifestación sindical en Harrisburg, la capital del estado. Cuando los periodistas le preguntaron si contaba con el respaldo del Partido Demócrata, Biden sonrió y respondió afirmativamente: «Sí».
Sin embargo, el desempeño del presidente en el reciente debate de CNN contra Donald Trump ha generado preocupación entre sus colegas demócratas, analistas y votantes. La inquietud se centra en su agudeza mental y su capacidad física para cumplir un segundo periodo en la Casa Blanca. Biden, de 81 años, reconoció en un discurso en la iglesia Mt Airy: «Sé que no tengo 40 años», refiriéndose a su edad avanzada.
Hasta la fecha, cinco congresistas han pedido públicamente a Biden que se retire de la carrera. Este domingo, cuatro legisladores más, incluidos Jerrold Nadler y Adam Smith, dos representantes demócratas de alto rango, se sumaron a estos llamados durante una conversación con líderes clave del partido, según informaron The New York Times y Politico.
A pesar de las crecientes presiones, Biden ha declarado que está apto para servir y que es el único candidato capaz de derrotar a Trump en las próximas elecciones. «Iré por la Casa Blanca», afirmó con determinación.
El lunes, los legisladores demócratas regresarán al Capitolio bajo la presión de alinearse y apoyar a Biden o instarlo a que dé un paso al costado. La situación plantea un desafío significativo para el Partido Demócrata, que deberá decidir si respaldar a su actual líder o buscar un nuevo candidato para las elecciones presidenciales de 2024.