La caída de un cohete sobre un campo de fútbol, en la ciudad de Majdal Shams también dejó cerca de una treintena de heridos, la mayoría niños y adolescentes. Seis de ellos están en estado grave.
Israel sufrió este sábado 27 de julio el ataque más mortífero desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, con más de una decena de muertos tras el impacto de un proyectil disparado desde el Lìbano, según confirmó el servicio de emergencias israelí Magen David Amon (MDA).
La caída del cohete sobre un campo de fútbol, en la ciudad de Majdal Shams, ubicada en los Altos del Golàn, también dejó cerca de una treintena de heridos, seis de ellos en estado grave, según el informe de la MDA.
«Este es el ataque más mortífero contra civiles israelíes desde el pasado 7 de octubre», sentenció uno de los portavoces del Ejército israelí, Daniel Hagari.
«Fuimos testigos de una gran destrucción cuando llegamos al campo de fútbol, así como de objetos que estaban en llamas. Había víctimas en el césped y la escena era espantosa», dijo un testigo.
«Detrás del ataque de esta noche se encuentra el grupo terrorista Hezbolà que posee cohetes muy potentes. El resultado ha sido muy trágico con la muerte de muchos niños», indicaron fuentes militares israelíes.
Sin embargo, Hezbolá negó haber atacado la ciudad de Majdal Shams, pese a que sí había reivindicado a lo largo de este sábado hasta siete ataques en otros puntos del norte de Israel.
Hezbolá «desmiente categóricamente las acusaciones vertidas por algunos medios de comunicación enemigos y diversas plataformas mediáticas sobre la acción que tuvo como objetivo Majdal Shams», dijo la formación armada en un escueto comunicado a través de sus canales oficiales.
El presidente israelí, Isaac Herzog, condenó el ataque y lamentó que «los terroristas de Hezbolá asesinaron brutalmente a niños cuyo único delito fue salir a jugar al fútbol».
El intercambio de fuego en la frontera entre Israel y Hezbolá comenzó el 8 de octubre, al día siguiente de que estallara la guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás.
Este último episodio escala la tensión como nunca antes entre el Gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu, y la milicia libanesa.