La organización internacional denuncia la falta de transparencia del Consejo Nacional Electoral y rechaza las excusas del régimen sobre un supuesto hackeo.
En una declaración contundente, el Centro Carter ha expresado su profunda preocupación por la falta de transparencia del Consejo Nacional Electoral (CNE), acusando a la institución de ocultar deliberadamente los resultados completos de los comicios.
Jennie Lincoln, representante del Centro Carter, no se anduvo con rodeos al abordar la situación. «Estamos preocupados por la falta de transparencia del CNE», afirmó durante una entrevista con un medio colombiano. «Ellos tienen la oportunidad de compartir la información verdadera que deben tener por su sistema electrónico», agregó, insinuando que el CNE está reteniendo datos cruciales sin justificación alguna.
La organización observadora internacional fue clara al señalar que el Poder Electoral de Venezuela, controlado por la dictadura de Nicolás Maduro, posee las actas y todos los datos relativos a las elecciones del 28 de julio. Sin embargo, hasta la fecha, el CNE se ha limitado a emitir dos boletines en ruedas de prensa, sin publicar los datos desagregados de los resultados electorales. La justificación ofrecida por el CNE ha sido un supuesto hackeo al sistema, una excusa que el Centro Carter desestimó rotundamente al no encontrar pruebas que respalden tal afirmación.
«El CNE no ha publicado los datos porque no les da la gana», dijo Lincoln, señalando la intransigencia del Consejo Nacional Electoral y su negativa a compartir la información que, según el Centro Carter, ya debería estar disponible.
El Centro Carter fue la única organización internacional independiente que recibió autorización del régimen para actuar como observadores durante las elecciones. Inicialmente, el gobierno de Maduro aprobó su presencia, lo que parecía ser un gesto hacia la transparencia. Sin embargo, tras la publicación del informe del Centro Carter, que documentaba irregularidades electorales, la organización se convirtió en blanco de ataques por parte de los líderes del gobierno, que vieron en las críticas una amenaza a su legitimidad.