El ministro de Cultura rompe el silencio y asegura que el amor a los familiares migrantes impulsó el voto opositor, mientras Maduro lo tilda de manipulación.
En un giro inesperado dentro de la retórica oficial, el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, soltó una verdad incómoda en una reciente transmisión por VTV: el voto opositor del 28 de julio no fue solo un acto político, sino una declaración de amor. “Hay gente que votó por amor a los venezolanos que se fueron del país, y les ofrecieron votar porque regresen, y mucha gente lo hizo no odiando sino amando a sus seres queridos,” confesó Villegas, añadiendo una nueva capa de complejidad a la narrativa electoral.
En un país donde el éxodo masivo ha dejado cicatrices profundas, la promesa de un reencuentro familiar se convirtió en un poderoso motor electoral. Villegas fue claro al señalar que no se trata simplemente de odio hacia la “revolución bolivariana,” sino de una fuerza más humana y universal: el amor. “Estamos obligados a identificar a aquel venezolano que no votó por odio… sino que lo hizo por amor a su familia porque quiere su reencuentro,” subrayó.
Mientras tanto, el presidente Nicolás Maduro, lejos de conmoverse por esta admisión, reaccionó con desdén, calificando todo como una «gran manipulación». Según Maduro, el fenómeno migratorio fue orquestado por una «guerra económica» que obligó a muchos venezolanos a buscar mejores oportunidades fuera del país. “Convirtieron lo que es un hecho de amor, una emoción, en una necesidad de venganza,” sentenció, reiterando su creencia de que la crisis migratoria fue, en gran medida, un montaje.
Pero el debate no quedó ahí. Vladimir Villegas, periodista y hermano del ministro, no pudo evitar intervenir en la polémica, lanzando un mensaje contundente desde su programa. «No vi odio, lo que vi en muchos era una sonrisa de oreja a oreja y ojos que brillaban de esperanza,” dijo, asegurando que hay un pueblo cansado de la “discriminación, la amenaza, la censura.”