Blinken se va con las manos vacías: Viaje al Medio Oriente concluye sin avances

BLINKEN

A pesar de intensas negociaciones, la mediación de EE.UU. no logra un alto al fuego entre Israel y Hamás ni la liberación de los rehenes en Gaza.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha cerrado un capítulo más en el complejo libro de la diplomacia en Oriente Próximo, pero esta vez sin poder agregar un final feliz. Tras días de intensas negociaciones, el viaje que tenía como objetivo mediar en el conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamás ha culminado sin un acuerdo tangible a la vista.

En un esfuerzo que muchos describen como hercúleo, Blinken recorrió la región buscando lo que hasta ahora parece un oasis en el desierto: un alto el fuego entre Israel y Hamás que, además, conduzca a la liberación de los rehenes retenidos por el grupo considerado terrorista por varios países, incluida Alemania.

«Haremos todo lo posible para que llegue a buen puerto», prometió Blinken con la serenidad de un marinero en tormenta, justo antes de partir de Doha rumbo a Washington. Pero, por ahora, ese puerto parece tan lejano como la paz duradera en la región. Aunque el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aceptó la propuesta de Estados Unidos, el silencio de Hamás deja la solución en una especie de limbo.

Las palabras de Blinken resuenan con la esperanza de un diplomático curtido, pero la realidad en tierra firme es otra: las conversaciones que Estados Unidos lidera, junto con Egipto y Catar, siguen siendo un juego de ajedrez en el que la siguiente movida de Hamás es incierta. Un alto funcionario estadounidense se muestra optimista, afirmando que las negociaciones continuarán esta semana. Sin embargo, el tiempo corre, y con él, las expectativas se desvanecen.

Y así, Blinken regresa a Washington con la sensación de haber dado todo en la cancha, pero sin el gol que muchos esperaban.

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