ORTEGA

Nicaragua expulsa a más de 150 sacerdotes en medio de un silencio inquietante del Vaticano

Un reportaje de Infobae revela cómo el régimen de Ortega y Murillo ha desterrado a decenas de sacerdotes, mientras el papa Francisco y la comunidad internacional guardan silencio sobre la persecución religiosa en el país.

Un reportaje de Infobae ha sacado a la luz la escalofriante realidad que enfrenta la Iglesia Católica en Nicaragua, donde más de 150 sacerdotes han sido expulsados del país bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Entre ellos, 40 han sido enviados directamente al Vaticano en cuatro grupos distintos en menos de un año. Esta ofensiva ha dejado a numerosas parroquias sin sacerdotes, mientras el papa Francisco y la comunidad internacional permanecen en un silencio que muchos consideran alarmante.

Desde que comenzaron las protestas ciudadanas en 2018, la Iglesia Católica en Nicaragua ha sido objeto de una campaña sistemática de represión. Infobae documenta que la Iglesia ha sufrido al menos 870 ataques, que incluyen desde golpizas a religiosos y profanación de templos, hasta encarcelamientos y difamaciones públicas de sacerdotes. Martha Patricia Molina, abogada y experta en la persecución religiosa en Nicaragua, señala directamente a Rosario Murillo como la principal responsable de esta campaña, afirmando que «ella controla todo en Nicaragua».

El reportaje de Infobae detalla cómo el régimen ha llevado a cabo la expulsión de sacerdotes de manera implacable. En octubre de 2023, 12 sacerdotes fueron deportados a Roma, un grupo que sería solo el primero de cuatro enviados al Vaticano en menos de un año. Entre los desterrados se encuentran figuras clave de la Iglesia nicaragüense, como monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, quien se resistió al exilio hasta que fue encarcelado y posteriormente deportado.

A pesar de la gravedad de la situación, el reportaje subraya el silencio del Vaticano. Aunque el papa Francisco criticó duramente al régimen nicaragüense en marzo de 2023, calificando a Ortega de «dictador grosero», no ha habido más declaraciones públicas por parte del pontífice sobre las deportaciones masivas de sacerdotes. Este silencio ha sido interpretado por algunos como una estrategia para evitar un enfrentamiento directo con el régimen, pero ha generado inquietud y desconcierto entre los fieles y observadores internacionales.

Infobae también destaca cómo otros líderes religiosos que antes alzaban la voz contra el régimen han optado por el silencio. Monseñor Silvio Báez, una voz crítica contra los abusos en Nicaragua, dejó de celebrar misas y de publicar en redes sociales tras ser llamado a Roma en febrero de 2024. Otro caso similar es el del sacerdote Uriel Vallejos, quien fue trasladado a Roma desde Costa Rica y desde entonces no se ha pronunciado sobre la crisis en su país.

Humberto Belli, sociólogo y exministro de Educación de Nicaragua, citado en el reportaje, señala que la intensidad de la persecución actual no tiene precedentes en la historia del país. Ni siquiera durante la dictadura de José Santos Zelaya a finales del siglo XIX, ni bajo el régimen sandinista de los años ochenta, se había visto algo similar.

Martha Patricia Molina, entrevistada por Infobae, espera que el próximo viaje del papa Francisco a Asia en septiembre ofrezca una oportunidad para que los periodistas le pregunten sobre la situación en Nicaragua. «Seguramente le preguntarán por Nicaragua», dice Molina, confiando en que la presión internacional pueda finalmente romper el silencio del Vaticano.

Mientras tanto, el reportaje de Infobae pinta un panorama sombrío para la Iglesia Católica en Nicaragua, con parroquias vacías y templos cerrados. La represión continúa, y la pregunta que muchos se hacen es cuánto tiempo más podrá la Iglesia resistir en un país donde la persecución parece no tener fin.