Borja Sémper arremete con una proposición que podría sacudir la política exterior española y pone a prueba la postura de Albares sobre las elecciones venezolanas.
En un movimiento que promete agitar las aguas de la política exterior española, el Partido Popular (PP) ha lanzado un reto directo al Gobierno de Pedro Sánchez: reconocer la «victoria» de Edmundo González en las elecciones presidenciales de Venezuela del 28 de julio. Borja Sémper, portavoz nacional del PP, hizo el anuncio con tono desafiante durante una rueda de prensa, citando un comunicado compartido por la diputada Cayetana Álvarez de Toledo en X (anteriormente Twitter), que respalda esta audaz propuesta.
Sémper no se anduvo con rodeos: para el PP, el reconocimiento de González está justificado por la «negativa» sistemática de las autoridades electorales venezolanas a proporcionar los resultados de manera transparente, así como por la publicación de un 83,5% de las actas verificables por parte de la oposición, que, según ellos, dejan claro quién es el verdadero ganador de la contienda. Y no se quedaron ahí: el comunicado también destaca la ratificación de este resultado por organizaciones de peso como el Centro Carter, Naciones Unidas y el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad.
El PP no solo pide un reconocimiento simbólico; exigen que España lidere el reconocimiento de González en organismos internacionales y europeos, para asegurar que «tome posesión en los próximos meses y no Nicolás Maduro». La propuesta es tan ambiciosa como disruptiva, ya que también busca que la Unión Europea y otras entidades globales impulsen un proceso de transición en Venezuela, basado en «derechos y libertades» y respaldado por los resultados del 28 de julio.
Pero no todos en el gobierno están dispuestos a seguir este camino. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, respondió rápidamente, reafirmando la postura del Ejecutivo: «España no reconocerá la victoria de Nicolás Maduro hasta que no se verifiquen las actas de las elecciones», declaró en una entrevista con Cadena SER. Con un enfoque más pragmático, Albares dejó claro que el objetivo es «lograr una solución pacífica sin imposiciones externas», subrayando que «Venezuela es un país hermano» y que España tiene «un papel importante que hacer» para fomentar el diálogo entre el gobierno y la oposición.
En medio de las crecientes tensiones, Albares defendió con firmeza el papel mediador de España, recordando que la figura del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ha sido valorada tanto por el gobierno como por la oposición venezolana. Y no dudó en criticar las campañas de desinformación que, según él, buscan desestabilizar al presidente Pedro Sánchez y su familia. Albares fue claro: el debate debe mantenerse en el terreno político, sin caer en ataques personales.