Corte Suprema de Brasil ordena despliegue masivo de militares y policías para combatir incendios

INCENDIOS

El juez Flávio Dino exige al Gobierno de Lula da Silva una respuesta rápida y contundente ante la «calamidad pública» que asola los ecosistemas más valiosos de Brasil.

En un contundente fallo emitido este martes, un juez de la Corte Suprema de Brasil, Flávio Dino, ordenó al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva desplegar el “mayor contingente” posible de militares y policías para enfrentar la devastadora ola de incendios que está arrasando con la Amazonia y el Pantanal. Dino calificó la situación como una “calamidad pública” que requiere una intervención inmediata, señalando que los daños provocados son «irreparables y graves».

La orden del juez no es solo una recomendación: impone un plazo de 15 días al Ejecutivo para poner en marcha una operación que movilice a las Fuerzas Armadas y a los cuerpos policiales con el objetivo de combatir los incendios tanto de manera represiva como preventiva. Para asegurar que no haya excusas financieras, Dino autorizó al Gobierno a solicitar un “crédito extraordinario” que cubra los costos de esta intervención urgente.

La gravedad de la situación ha llevado a la programación de una audiencia para el próximo 10 de septiembre, en la que la Fiscalía General y varios ministerios deberán rendir cuentas sobre las acciones implementadas hasta ese momento. La crisis no solo afecta la Amazonia y el Pantanal—los ecosistemas más valiosos de Brasil—sino también la región sureste, con focos de incendios particularmente intensos en San Pablo y Minas Gerais.

El Gobierno brasileño, por su parte, ha manifestado tener “fuertes sospechas” de que los incendios podrían ser resultado de una acción criminal coordinada. En respuesta, la Policía Federal ha abierto 32 investigaciones entre 2023 y 2024 para esclarecer el origen de los incendios, y ha establecido grupos especiales dedicados exclusivamente a esta tarea.

Mientras tanto, las consecuencias ya se sienten con fuerza en ciudades como Manaos, donde una densa humareda proveniente de los incendios ha dejado la calidad del aire en niveles “pésimos”, según el Sistema Electrónico de Vigilancia Ambiental (Selva) de la Universidad del Estado de Amazonas. La visibilidad en la ciudad se ha reducido drásticamente, obligando a los conductores a circular con las luces encendidas en pleno día, y los hospitales han visto un aumento en el número de pacientes con problemas respiratorios.

Manaos, ubicada en el corazón de la selva amazónica, ya vivió una situación similar a mediados de agosto, cuando estuvo cubierta por el humo durante cinco días consecutivos. La repetición de este fenómeno subraya la urgencia de una respuesta efectiva y coordinada para mitigar los daños y proteger tanto a los habitantes de la región como a los ecosistemas que son cruciales para la salud del planeta.

El fallo de la Corte Suprema marca un punto de inflexión en la gestión de la crisis ambiental en Brasil, con el juez Dino exigiendo acciones concretas y rápidas para detener una catástrofe que ya está dejando una huella imborrable en uno de los pulmones verdes más importantes del mundo.

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