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U.S. National Security Advisor Jake Sullivan meets Chinese President Xi Jinping at the Great Hall of the People in Beijing, China August 29, 2024. REUTERS/Trevor Hunnicutt/Pool

China y EE.UU. buscan estabilidad global en medio de tensiones

En una serie de reuniones «constructivas», Xi Jinping y el asesor de seguridad Jake Sullivan dialogan sobre cómo gestionar con responsabilidad la relación entre China y EE.UU., mientras persisten las diferencias.

En un mundo cada vez más interconectado, las relaciones entre China y Estados Unidos no solo afectan a las dos superpotencias, sino que tienen implicaciones profundas para la estabilidad global. Esta semana, Pekín fue el escenario de una serie de reuniones clave entre el presidente chino, Xi Jinping, y Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, quien realizó la primera visita de un alto cargo de seguridad estadounidense a China en ocho años.

«China y Estados Unidos deben ser responsables ante la historia y fuente de estabilidad para la paz mundial», afirmó Xi Jinping, según un comunicado emitido por la Cancillería china. Xi subrayó que, a pesar de las tensiones, China sigue comprometida con mantener unas relaciones «estables, saludables y sostenibles» con Estados Unidos, e instó a la contraparte estadounidense a trabajar en la misma dirección.

Por su parte, Jake Sullivan, en una rueda de prensa tras las reuniones, no ocultó las diferencias que siguen marcando la relación entre ambas naciones. «La relación entre China y EE. UU. sigue estando definida por la competencia», declaró Sullivan, aunque reconoció que su visita ayudó a «mejorar el entendimiento» y «reducir los riesgos para que no acabe en conflicto». Para Sullivan, la clave radica en gestionar la relación con responsabilidad, identificando áreas de cooperación mientras se minimizan los riesgos inherentes a las tensiones actuales.

Durante su visita, Sullivan mantuvo encuentros con varias figuras de alto nivel en China, incluyendo al general Zhang Youxia, vicepresidente de la Comisión Militar Central, y al máximo diplomático chino, Wang Yi. Las conversaciones, que la Cancillería china describió como «francas y constructivas», abordaron temas cruciales como la seguridad en el Estrecho de Taiwán, las prácticas comerciales de China, y la estabilidad global.

Wang Yi, por su parte, no dejó de criticar a Washington, acusando a Estados Unidos de utilizar la seguridad nacional como una excusa para implementar medidas proteccionistas contra Pekín, en sectores como las energías renovables y los coches eléctricos. También insistió en que Estados Unidos debe «dejar de armar a Taiwán», calificando el independentismo de la isla como «el mayor riesgo contra la paz y la estabilidad» en la región.

A pesar de las críticas mutuas, ambos gobiernos reconocieron la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación. En este sentido, se espera que en las próximas semanas se celebre una llamada entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y Xi Jinping, lo que marcaría su primera conversación directa desde abril.