José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores de España, reconoce la falta de transparencia en las elecciones venezolanas y llama a la UE a considerar nuevas «herramientas» para un diálogo efectivo.
En un giro que muchos ya veían venir, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, José Manuel Albares, ha admitido este jueves que es altamente probable que las autoridades electorales de Venezuela «no entregarán las actas que validen el triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio». Esta declaración, realizada durante una reunión informal de ministros de Exteriores en Bruselas, subraya la creciente frustración dentro de la Unión Europea (UE) ante la falta de transparencia en el proceso electoral venezolano.
«Hemos otorgado un tiempo más que suficiente para la presentación de las actas y claramente está evidenciado que no se cumplirán», afirmó Albares con una mezcla de resignación y determinación al llegar al encuentro. La realidad, según él, es que «no existe la intención de presentarlas, ni de verificarlas». Ante este escenario, Albares hizo un llamado a sus colegas europeos a «dialogar entre los 27 países miembros sobre qué acciones podemos implementar para avanzar en esta cuestión», dejando abierta la posibilidad de nuevas sanciones, aunque sin confirmarlo explícitamente.
Para Albares, la prioridad es clara: fomentar un diálogo entre las partes venezolanas que pueda conducir a una «solución pacífica y genuinamente venezolana». Sin embargo, advirtió que cualquier intervención de la UE debe ser inteligente y coordinada, tanto con otros socios europeos como con países latinoamericanos, para asegurar una postura unificada y eficaz.
El ministro también se refirió a la posibilidad, aún remota, de reconocer al candidato opositor Edmundo González como nuevo presidente de Venezuela. «Actualmente, el no reconocimiento es la postura del Gobierno», subrayó Albares, enfatizando que sin la entrega de las actas, no habrá aceptación de los resultados por parte de la UE.
Albares fue contundente en su mensaje: «Es imprescindible actuar con prudencia para evitar declaraciones que, aunque puedan resultar impactantes, poco contribuirían a alcanzar una solución duradera para Venezuela».
En cuanto a la propuesta de Brasil de celebrar nuevas elecciones en Venezuela, Albares la consideró como una posibilidad, pero solo si surge de un acuerdo entre las partes en un marco de diálogo. Sin embargo, reconoció que tanto el Gobierno como la oposición se oponen a esta idea en la actualidad.
La reunión también incluyó la participación remota de Edmundo González, a solicitud de Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Política Exterior, quien ha calificado la situación en Venezuela como «crítica». Borrell ha expresado su preocupación por la represión y las detenciones de opositores, y ya ha dejado claro que, bajo las actuales circunstancias, Maduro no puede ser reconocido como el legítimo vencedor de las elecciones.
Con una UE que insiste en que solo aceptará resultados «verificables» que reflejen la verdadera voluntad del pueblo venezolano, el futuro político de Venezuela sigue siendo incierto. Aún sin un reconocimiento formal para González, las actas presentadas por la oposición sugieren que podría haber obtenido una «mayoría significativa». Por ahora, lo único cierto es que la UE reitera su compromiso con la mediación internacional para lograr un diálogo en Venezuela que garantice los derechos de ambas partes y facilite el restablecimiento de la democracia en el país sudamericano.