La eliminación del líder de Hezbollah marca un momento clave en el conflicto, mientras Israel y Estados Unidos toman medidas para evitar una escalada regional.
El grupo Hezbollah confirmó este sábado la muerte de su líder Hassan Nasrallah, tras un ataque aéreo israelí en Beirut, Líbano. Nasrallah, uno de los fundadores de la organización, fue abatido en un bombardeo de precisión dirigido contra el cuartel general de Hezbollah, ubicado en el barrio de Dahiyeh, al sur de la capital libanesa. Este ataque es considerado uno de los golpes más significativos contra la organización en los últimos años.
La muerte de Nasrallah llega en un contexto de crecientes tensiones entre Israel y Hezbollah, un grupo respaldado por Irán, que ha lanzado ataques contra territorio israelí en los últimos días. Hezbollah prometió continuar su lucha, mientras que Israel reforzó su presencia militar en la frontera con Líbano, desplegando tres batallones de reservistas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó su preocupación por la posibilidad de una escalada mayor en la región. En una breve declaración, Biden aseguró que se comunicará con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para evitar una «guerra total» en Medio Oriente. Estados Unidos ya ha evacuado parte de su personal diplomático en Líbano y ha reforzado sus defensas aéreas en la zona, anticipando posibles represalias por parte de grupos alineados con Irán.
Por su parte, John Kirby, portavoz de Seguridad Nacional de Estados Unidos, señaló que la estructura de mando de Hezbollah ha sido «severamente dañada», aunque advirtió que el grupo podría reorganizarse rápidamente bajo un nuevo liderazgo. Además, mencionó que las fuerzas estadounidenses están en alerta ante posibles respuestas de Irán o sus aliados en Irak y Siria.
En los últimos días, Israel también ha llevado a cabo ataques aéreos en Yemen, donde ha bombardeado objetivos hutíes, alineados con Irán, en respuesta a misiles lanzados hacia Israel. Los bombardeos israelíes en Yemen han dejado varios muertos y heridos, y han causado interrupciones en el suministro eléctrico en la ciudad portuaria de Hodeida.
La muerte de Nasrallah y los ataques en Líbano han provocado una fuerte reacción internacional. Países como Alemania han comenzado a evacuar a su personal diplomático en Beirut, mientras que las embajadas de otros países europeos han elevado su nivel de alerta. Al menos 1.000 personas han muerto en los bombardeos israelíes sobre Líbano en las últimas semanas, y un millón de personas han sido desplazadas de sus hogares.
El conflicto entre Hezbollah e Israel, que ha estado en curso desde el inicio de la guerra en Gaza, amenaza con desestabilizar aún más la región y atraer la intervención de potencias como Irán y Estados Unidos.