El alcalde de Chilpancingo fue hallado decapitado en su vehículo, en un ataque que ocurre solo tres días después del asesinato de su secretario de gobierno.
La violencia en el estado mexicano de Guerrero se cobró una nueva víctima este domingo, con el asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, quien llevaba apenas seis días en el cargo. La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que abrió una investigación por homicidio calificado tras el macabro hallazgo del cuerpo del alcalde, decapitado, en el interior de una camioneta.
Según los primeros informes, testigos y versiones oficiales indicaron que la cabeza del alcalde fue encontrada en el toldo de un vehículo en el libramiento hacia Tixtla, mientras que su cuerpo estaba en el asiento del copiloto.
El asesinato de Arcos Catalán se produce solo tres días después de la muerte de su secretario general de gobierno, Francisco Tapia, lo que ha generado un profundo malestar entre la población y las autoridades locales.
Un panorama violento y complejo
La violencia en Guerrero, y en particular en Chilpancingo, ha aumentado considerablemente en los últimos años debido a la lucha por el control territorial entre grupos criminales que se disputan el trasiego de drogas, extorsiones y otros delitos. Tras asumir el cargo, Arcos Catalán había prometido trabajar en conjunto con el Ejército Mexicano para garantizar la seguridad en el municipio.
El presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno, confirmó el asesinato del alcalde a través de la red social X (antes Twitter), expresando su consternación y pidiendo una investigación inmediata a la Fiscalía General de la República (FGR). “Han asesinado a nuestro alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, y hace apenas tres días al secretario de este mismo Ayuntamiento, Francisco Tapia. Funcionarios jóvenes y honestos que buscaban progreso para su comunidad”, escribió Moreno.
Moreno añadió que, dada la situación de ingobernabilidad en Guerrero, el partido pedirá a la FGR que atraiga las investigaciones de ambos asesinatos.
Un estado en crisis
Guerrero ha sido escenario de constantes enfrentamientos entre grupos del crimen organizado, que buscan el control del territorio y los recursos ilegales. Chilpancingo, la capital del estado, no ha sido la excepción, sufriendo una escalada de violencia que afecta tanto a funcionarios como a ciudadanos.
La Fiscalía de Guerrero ya ha desplegado a su equipo de Policía Investigadora Ministerial y Periciales para recabar pruebas en la escena del crimen y tratar de esclarecer los hechos.
Este doble homicidio ha puesto nuevamente en el centro de atención la crisis de seguridad en Guerrero y las dificultades que enfrentan los nuevos gobiernos locales para combatir el crimen organizado en la región.