El expresidente de EE.UU. habría tenido al menos siete llamadas privadas con Vladimir Putin tras dejar la Casa Blanca, según el último libro del periodista Bob Woodward.
Bob Woodward vuelve a sacudir la política estadounidense con su nuevo libro, War, que destapa varios episodios turbios del expresidente Donald Trump, incluyendo siete llamadas privadas con el presidente ruso Vladimir Putin y el envío secreto de máquinas de prueba de COVID-19 durante los primeros días de la pandemia. Lo más inquietante: todo esto ocurrió después de que Trump dejara la Casa Blanca.
El periodista, conocido por su papel clave en el Watergate, detalla cómo Trump habría solicitado en 2024 a uno de sus asesores en Mar-a-Lago que abandonara la sala para poder tener una conversación privada con Putin. Esta fue solo una de varias llamadas secretas que, según el libro, suman hasta siete desde que Trump dejó el poder. «El tipo no puede con su alma de conspirador», habría afirmado una fuente anónima cercana al círculo de Trump.
Y eso no es todo. Durante los primeros días del caos pandémico, Trump decidió enviar a Putin máquinas de prueba de COVID-19 de forma completamente encubierta, algo que Putin le pidió mantener en secreto porque «la gente se enojaría». Según Woodward, Trump le respondió al presidente ruso que no le importaba si se sabía o no, pero terminó accediendo a mantener el envío en silencio.
Por supuesto, Steven Cheung, director de comunicaciones de Trump, no tardó en desmentir todo lo narrado por Woodward. «Ninguna de estas historias inventadas por Bob Woodward es cierta. Es obra de un hombre completamente desquiciado con un caso grave de síndrome de trastorno anti-Trump», aseguró Cheung, negando cualquier validez a las acusaciones.
Las relaciones de Trump con Putin siempre han sido motivo de controversia desde que el magnate buscaba la presidencia en 2016, cuando incluso pidió públicamente a Rusia que encontrara los correos electrónicos perdidos de Hillary Clinton. A pesar de los informes de la inteligencia estadounidense que apuntaron a la interferencia rusa en las elecciones de 2016, la investigación del fiscal especial Robert Mueller no encontró pruebas de conspiración entre la campaña de Trump y Rusia. Sin embargo, episodios como estos siguen alimentando las sospechas.
Además de las explosivas revelaciones sobre Trump y Putin, el libro también indaga en temas espinosos de la política mundial, como las tensiones entre Joe Biden y Benjamin Netanyahu, así como el uso de teléfonos desechables por parte del príncipe saudita Mohammed bin Salman para comunicarse con Trump y el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan.