Un total de 2,1 millones de asistentes vibraron con el contagiante ritmo de su “ópera gótica”, un espectáculo cargado de mucha energía y calidad musical.
Lady Gaga enloqueció a sus admiradores este sábado en Río de Janeiro con su «opera gótica», un espectáculo marcado por la teatralidad y la exuberancia que hipnotizó a 2,1 millones de asistentes que se dieron cita en la playa de Copacabana para venerar a su diva.
Tras las aclamadas actuaciones en Coachella y México, en abril, la ganadora de 14 premios Grammy se encontraba con un vibrante traje rojo y ofreció en Río un espectáculo cargado de la energía «caótica» de «Mayhem», su más reciente álbum y con el que narra la lucha con sus alter egos hasta su renacimiento. El concierto se presentó sobre una estructura victoriana y en medio de un gigantesco escenario. La superestrella del pop inauguró el espectáculo interpretando «Bloody Mary» y luego rápidamente entró en ritmo pop con «Abracadabra».
Pero el momento que llevó al éxtasis a sus aficionados fue poco después de interpretar «Desease», cuando hizo un paréntesis para agradecer a los asistentes.«¡Brasiiiiiiiiiiil, te extrañé mucho!», exclamó en inglés, desde un palco elevado extendió la bandera de Brasil y leyó un mensaje que fue traducido en simultáneo en el que dijo sentirse «honrada», «suertuda» y «orgullosa» de actuar de nuevo en el país. «Gracias por esperarme por más de diez años», exclamó nostálgica. «Les agradezco por recibirme con los brazos abiertos» y «hacer historia conmigo», agregó. La mayor emoción, sin embargo, se vivió hacia el final del concierto cuando Gaga interpretó los éxitos más esperados por sus seguidores.
Después de un intimista «Shallow» (ganador del Óscar a mejor canción original al piano) «Bad Romance» hizo vibrar a los asistentes.
Una deuda con Brasil
Con el concierto en la playa de Copacabana Lady Gaga pagó una deuda que tenía pendiente con Brasil desde hacía 13 años, cuando visitó al país con la gira mundial «The Born This Way Ball». En 2017 quiso volver a la «cidade maravilhosa», pero motivos de salud le obligaron a cancelar a última hora su presentación en Rock in Río, del que hacía parte como una de las principales figuras del festival.
La asistencia al evento, que fue 2,1 millones de espectadores, una cifra muy superior a los 1,6 millones de personas esperadas como ocurrió en concierto de Madonna el año pasado en la icónica playa dejará a la ciudad un impacto económico de más de 600 millones de reales (107 millones de dólares / 94 millones de euros), según estimaciones oficiales.
Con información de EFE