Los invasores ya existen

Cuando Trump habló de “una posible opción militar, si es necesaria” para resolver la crisis venezolana, casi en masa la región rechazó lo que muchos calificaron como una invasión. No podía ser de otra manera. Pero la MUD puso los puntos sobre las íes: la invasión es la cubana y la Venezuela chavista es una amenaza para la región.

La advertencia de Donald  Trump de que no descartaba la “opción militar” produjo un maremoto en EE.UU., Latinoamérica y Venezuela. Las reacciones no se hicieron esperar. Unas a favor, otras en contra. Lo cierto es que Trump logró una definición más clara del asunto.

La posición de los EE.UU.

Ya se había advertido en varias oportunidades que en  el “caso Venezuela” todas las opciones estaban sobre la mesa. Pero al salir de una reunión con dos de sus funcionarios de confianza, conocedores del tema Venezuela, el secretario de Estado, Rex Tillerson, y su embajadora ante la ONU, Nikki Haley,  así como con su  asesor de seguridad nacional, T.Gen., H. R. McMaster, especialista en contrainsurgencia y lucha contra el terrorismo,  el presidente norteamericano declaró “Es nuestro vecino… Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y muriendo. Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluyendo una posible opción militar si es necesaria”.

Por ahora, la administración Trump  ha impuesto sanciones a 22 funcionarios chavistas que representan las cabezas de los poderes públicos, incluyendo a la presidencia, la vicepresidencia y a varios miembros de la Asamblea Constituyente.

Sin embargo, las medidas económicas “fuertes y prontas” aún no se han concretado, principalmente porque ellas afectarían intereses económicos en EE.UU.  Se ha hablado que ellas deberán esperar o que se realizarán en forma progresiva para que su impacto sea relativo o desdeñable en el norte.

Las reacciones

En los EE.UU., aunque el tema Venezuela  ha venido tomando importancia, la reacción no fue mayor al nivel de la opinión pública pues  no podía eclipsar que Trump prometía desbastar a Corea del Norte con “fuego y furia como el mundo nunca ha visto”. Esa “opción militar” implicaría armas nucleares.

La “opción militar” en el caso venezolano fue rechazada por la América Latina. Mercosur sacó un comunicado en el que repudia ‘… la violencia y … cualquier opción militar que envuelva el uso de la fuerza”. Chile en un comunicado reiteró “…todos los términos de la Declaración de Lima…  (pero) rechaza amenaza de una intervención militar en Venezuela”, México y Perú, así como todos los demás se unieron a ese rechazo dentro del “espíritu de Lima”.  Juan Manuel Santos que tuvo la oportunidad de conversar con el vice Presidente norteamericano Mike Pence, le dijo: “La posibilidad de una intervención militar no debe ser contemplada, nadie podría estar de acuerdo, América es un continente de paz, mantengámoslo así”. Interesante posición de un gobierno que derrotó a las guerrillas comunistas de las FARC gracias al apoyo del “Plan Colombia”.

Entre los gobiernos castrochavistas, la respuesta fue de denuncia del imperialismo y solidaridad con Maduro. Evo Morales en Bolivia, por ejemplo, afirmó que “quienes estaban contra Maduro sólo buscaban la intervención militar del imperio”.

La invasión

Se asumió  que la “opción militar” sería una invasión, y esto no es necesariamente cierto. Muchos tienen en mente los sucedido en Santo  Domingo (1965), en Granada(1983) o en Panamá (1989). Pero hay muchas otras acciones que representan  involucramiento activo de los EE.UU., incluso militar, que no suponen invasión. Uno de ellos el mencionado “Plan Colombia”.

Otto Reich, ex subsecretario de EE.UU. para el hemisferio occidental y exembajador en Venezuela afirmaba “Una opción militar no quiere decir una invasión, bombardeo o ataque (…) Ya suficiente agresión ha tenido el pueblo de Venezuela que está siendo agredido por sus propias fuerzas militares y paramilitares”. Y ponía como ejemplo “un bloqueo marítimo” que “sería una opción militar, pero no  una acción bélica, no tiene que morir nadie”.

Pero hay muchas más medidas relacionadas con el combate al narcotráfico y a la presencia de otros enemigos de los EE.UU. como “los cubanos, los rusos, los iraníes y Hezboláh”, que según el director de la CIA, Mike Pompeo,  están en Venezuela. Lo que lo llevó a decir  “Venezuela puede convertirse en un serio riesgo para EE.UU.”, por esto “EE.UU. se toma este tema muy seriamente”.  El vicepresidente Pence en su gira destacó: “Un estado fallido (como) el que hay en Venezuela amenaza la seguridad y la prosperidad de todo el hemisferio”.

La batalla decisiva

Se afirma que para EE.UU. Venezuela no es un asunto estratégico, pero esto está cambiando. Ya no son las declaraciones de la era Obama, quien aseguraba que Venezuela no era un tema de seguridad nacional.

Venezuela es una preocupación internacional. La declaración de Lima ha sido un hito en la organización de un grupo de países que coinciden en la necesidad de una vuelta de Venezuela al camino de la democracia y el progreso, y que ya han tomado decisiones en contra del régimen. Es el reconocimiento  de que sin el apoyo internacional, a los venezolanos nos va costar mucho salir de este embrollo.

La internacionalización de la salida en Venezuela la ha entendido el castrochavismo, que en la última reunión del Foro de San Pablo plantearon que la batalla que se libra en Venezuela sería otra batalla de Ayacucho, donde en el pasado se selló la independencia de Suramérica. Por eso es clave la formación del “Grupo de Lima”, como lo fue el “Grupo Contadora” para Centro América. Hay que recordar que la derrota de los sandinistas y del modelo castrista guerrillero de la época, equivalente al actual del Foro, se hizo posible por el debilitamiento del apoyo internacional de ese mundo comunista liderado por la Unión Soviética, el cual se derrumbó con el muro de Berlín.

Combatir a esa urdimbre creada por el Foro de San Pablo, así como  a cubanos, rusos, iraníes y como el narcotráfico, Hezboláh y las FARC-ELN, es un reto donde el musculo de EE.UU., incluyendo el militar, es y será clave. Si no, miren a nuestra vecina Colombia.

La MUD

La MUD, como los gobiernos demócratas no podía apoyar abiertamente la “opción militar”, pero en el primer párrafo  de su declaración sobre el tema dejó claro tres  puntos claves. Primero, que si hablamos de invasión debemos hablar de la invasión cubana. Segundo, que no está en contra de Trump – no lo nombra en todo el texto. Y tercero, que “responsabiliza a la dictadura de Maduro por convertir al país en una amenaza regional”. Con esto, puso el problema en donde había que colocarlo. Ser “una amenaza regional” y estar invadidos por Cuba, para no hablar de otros agentes antinorteamericanos, pone sobre la mesa  todas las opciones incluyendo necesariamente la “opción militar”, en especial cuando Venezuela está “… intervenida militar y políticamente por Cuba … afectando nuestra soberanía e independencia”.