Cierra el mes de septiembre con el precio más alto del año, un Brent en US$55,1 por barril y el WTI US$49,88 por barril. La combinación de varios factores relacionados con una expectativa de mayor consumo de crudo para 2018 según la AIE y la OPEP, compras importantes de crudo de China que pronto se convertirá en el primer importador del mundo, el grado de cumplimiento de la OPEP y de los productores independientes en el acuerdo de recorte de suministro para balancear el mercado, cuyo principal actor es Rusia, las interrupciones de producción en Libia y el efecto de la temporada de huracanes Harvey e Irma, determinan el resultado del mes. Es significativo señalar la brecha entre el crudo Brent y el WTI, con lo cual se estimularía la exportación de WTI hacia el mercado como de hecho ha ocurrido con las primeras exportaciones de crudo norteamericano hacia la India. El precio del crudo en septiembre alcanzó un momento importante llegando el Brent a cotizar momentáneamente en los US$60 por barril, también influenciado por factores geopolíticos como lo fue el referéndum independentista del Kurdistán. Sin embargo, este principio de octubre comienza a mostrar un retroceso en la cotización del crudo, por expectativas de aumento de producción de la OPEP: Libia por ejemplo ya anunció el cese de fuerza mayor e incrementará su oferta al mercado al igual que otros productores OPEP y No-OPEP que aprovecharon la oportunidad para tomar unas ganancias adicionales. En consecuencia, el precio pierde el empuje que venía mostrando en su cotización. Por último, se anunció un fondo de inversión de US$1.000 millones entre Rusia y Arabia Saudí para proyectos energéticos y de infraestructura, que además se supones el fondo continuará creciendo. El ministro de Petróleo ruso Alexander Novak, estima para el primer semestre del 2018 el tiempo para el cual el mercado estará balanceado y habla del incremento de la relación entre saudís y rusos que hace unos años no estaba en la agenda de ambos países. Esta semana ministros y lideres de la industria petrolera están viajando a Rusia para una reunión entre países OPEP y No-OPEP, cuyo objeto seria acordar la extensión del acuerdo de reducción de suministro mas allá de marzo del 2018.
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Venezuela. Varias notas en medios internacionales reflejan la gravedad de la crisis financiera del país, cuyo efecto se hará sentir con mayor intensidad probablemente hacia el ultimo trimestre cuando las obligaciones de servicios de la deuda son del orden de US$3.500 millones, y se despejará la incertidumbre sobre el famoso default financiero, pues el default comercial del país ya es una realidad. La incapacidad de PDVSA de generar ingresos viene obligando al régimen a entregar activos tanto de producción como de refinación, en especial a los rusos. El paquete accionario de CITGO por un 49.9% como garantía, es asunto complicado, el cual cae en nuestra opinión dentro de las sanciones impuestas por la administración del presidente Donald Trump. Ante este panorama, el régimen ha venido dando brincos para tratar de evitar el uso de US dólares, primero cuando publica la cotización de la cesta venezolana en Yuanes (Remimbi), luego PDVSA ha exigido el pago en Euros y eventualmente obligaría a las empresas socias a utilizar el Euro en vez del US$. Lo último es que trata de utilizar una cesta de monedas que coticen en el mercado internacional, todo bajo el supuesto de evadir las sanciones, que según parece se incrementan en los próximos días al sumarse la Unión Europea. Hasta se publica que PDVSA está siendo considerada una organización criminal, pues son miles de millones de US$, a través de una maraña en donde está la corrupción, legitimación de capitales y hasta blanqueo de dinero, etc. Mientras tanto Maduro asiste a la reunión en Moscú sobre petróleo, asumimos que buscando más financiamiento para la supuesta revolución, y de paso para alejarse de la triste realidad que los venezolanos viven cada día. La intención de los rusos con la alianza desarrollada con los saudís, da un mensaje claro a Maduro de visita esta semana en Moscú: no hay interés real en invertir en un país quebrado. Venezuela solo se justifica por el ajedrez internacional de la geopolítica y utilizar a Venezuela como moneda de cambio a favor de intereses rusos y por supuesto de los chinos, con Occidente.
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