Por Nicolás Kaswalder-El Banquillo.
Un baño histórico. Una bofetada difícil de superar a menos de tres meses de la cita más esperada del año. Sin un líder al mando, sin una idea de juego implementada y sin intérpretes que reflejen el querer de un entrenador, es imposible competir en el torneo más importante. La selección argentina, goleada sin piedad por España este martes (6-1), demostró una vez mas que está muy lejos de aquel equipo capaz de meterse en 3 finales consecutivas. Se enfrentó ante un equipo afianzado, capaz de someter a sus adversarios y demostrar capacidades que solo jugadores de altísimo nivel conocen. Un rival que demostró la diferencia entre un simple partícipe y un contendiente serio a llevarse el título.
Quedó a la vista tras finalizar este partido que ambos equipos tienen diferencias astronómicas. El fútbol se juega con 11 jugadores en la cancha, y eso demostró este encuentro. Si bien es cierto que faltó el más grande, el diferente, el único capaz de hacer y deshacer y de ver el fútbol de otra manera, hoy se demostró que un solo jugador no es suficiente. Lionel Messi, el gran ausente de este encuentro histórico, el que se nota siempre, necesita de una idea futbolística y de jugadores que lo acompañen para lograr lo más preciado en la carrera de un futbolista, la Copa del Mundo.
Un barco sin su capitán o una brújula sin rumbo no guía al destino deseado, algo patente en el naufragio de Argentina en el Wanda Metropolitano de Madrid. Lo que sea de Argentina será decisión de Messi, plan A, B, C y Z del combinado entrenado por Jorge Sampaoli. El jugador rosarino será el único capaz de llevar a su equipo a un nivel que dista mucho del de las selecciones favoritas a llevarse el próximo Mundial como lo son España, Alemania y Brasil. Contra esta misma selección española liderada por jugadores como Isco, Iniesta y Asensio, la Argentina puede volver a enfrentarse el 7 de julio en Sochi, Rusia. Tan solo a 3 meses de este bochornoso partido, la albiceleste deberá buscar soluciones para que una de sus mejores generaciones de futbolistas no se queden sin el máximo trofeo futbolístico.