Por Ramón Guillermo Aveledo
***A punto de reconversión y nuevo cono monetario, todo es incredulidad y desconcierto. En el país se desbarata lo que parecía más sólido y se vuelve proeza hasta lo más cotidiano.
Hace unos días fui a Cojedes y los reclamos al gobierno son terribles, como en cualquier estado productor. Bajo al litoral varguense y las historias son de desolación. Allá, y a lo largo de mi regreso a casa, advierto más guardias que de costumbre. Aunque empieza a caer la noche, el mismo jueves había sido la marcha de la salud de médicos, enfermeras, trabajadores hospitalarios y enfermos, impedida por el poder que se creía omnipotente, sigue siendo prepotente, pero también impotente ante los problemas reales, secuelas de sus políticas. En todos lados el empobrecimiento es bárbaro. Una niña me pide un pedazo del perro caliente que me como en Santa Mónica.
El Presidente de la República, el sábado 11, recomendó “a los militares alejarse de los familiares opositores antes de perder la carrera por una imprudencia”. Es la primera vez que un primer mandatario nacional oficializa la división de las familias por motivos político-partidistas. También ha oficializado la discriminación política en la venta de gasolina, medida que aparte de su irracionalidad económica, es un gravísimo atentado contra la igualdad entre venezolanos.
En la misma semana, tras la detención ilegal del diputado Requesens y el inconstitucional allanamiento de la inmunidad parlamentaria suya y de Julio Borges por parte de un cuerpo como la ANC al cual, aparte de su ilegitimidad, los diputados son ajenos, según la Constitución, sólo la Asamblea Nacional puede conocer de la solicitud de su allanamiento y sólo el TSJ puede juzgarlos. Como si esa colección de atropellos no bastara, difunden videos atentatorios contra la dignidad del joven parlamentario como persona y se ordena su enjuiciamiento en prisión sin elementos de convicción suficiente. El Fiscal nombrado inconstitucionalmente por la ANC, otrora defensor de los derechos humanos, dice que hay 34 implicados en el presunto atentado y 14 detenidos, o sea que faltan 20 presos.
Según Reuters, acreedores dudan que Venezuela pague mil y tantos millones de dólares en intereses y capital por el vencimiento de sus bonos. Japón dice que el gobierno debe rendir cuenta a la comunidad internacional sobre todos los problemas que el país enfrenta. El nuevo presidente paraguayo Mario Abdo Benítez denuncia en su toma de posesión abusos de poder en Venezuela. La bajísima credibilidad internacional del gobierno arrastra al país y perjudica sus posibilidades de salir del hueco donde el gobierno lo ha metido. Según Datincorp, con argumentos y explicaciones, al gobierno le conviene que tanta gente se vaya de Venezuela y también subir el precio de la gasolina.
¿Qué más tiene que pasar para que el liderazgo de la oposición, cuya guía espera la mayoría del país, se una detrás de objetivos comunes?