*** Las limitaciones de los derechos democráticos y una prolongada crisis económica marcan a Venezuela, que espera recibir esta semana la visita del fiscal de la Corte Penal Internacional, aseguran analistas, a la Voz de América.
La visita a Venezuela del fiscal de la Corte Penal Internacional a Venezuela, Karim Khan, ocurre en un momento complejo para su población en cuanto a democracia y economía, coinciden expertos.
Khan confirmó esta semana que visitaría Colombia y Venezuela entre el lunes pasado y el próximo 3 de noviembre para reunirse con representantes del gobierno, el poder judicial y representantes del cuerpo diplomático, así como con organizaciones de la sociedad civil y no gubernamentales.
Según su despacho, su misión busca “intensificar las relaciones directas” con la región americana y “explorar vías de cooperación”. La llegada de Khan a Venezuela ocurre dos meses luego de que se reveló que su predecesora, Fatou Bensouda, precisara que notó “inacción” del Estado venezolano para investigar y sancionar posibles delitos contra la humanidad desde abril de 2017.
La opinión de Bensouda reposó en un documento relacionado con el examen preliminar de posibles crímenes de lesa humanidad en Venezuela desde hace cuatro años. La exfiscal dijo, al cesar su función, que dejaba en manos de Khan definir si existían suficientes motivos para pasar el caso de Venezuela a fase de investigación, que puede involucrar acusaciones penales individuales contra Maduro, algunos de sus ministros y miembros de sus fuerzas de seguridad.
Pero, ¿con qué tipo de país se encontrará Khan durante los días que estará en Venezuela? Expertos e investigaciones ayudan a tener una noción sobre ello.
1. Democracia en recesión
El sistema de poder y democracia en Venezuela está entre los peor evaluados de la región, junto a Cuba, Nicaragua, Honduras y, probablemente, El Salvador, opina el doctor en procesos políticos contemporáneos Juan Manuel Trak.
El país, presidido por el líder socialista Nicolás Maduro, ocupó el último lugar de 139 naciones evaluadas en el Índice Global de Estado de Derecho, que desarrolla la organización Proyecto de Justicia Mundial y donde se evalúan factores como restricciones a los poderes del gobierno, ausencia de corrupción, gobierno abierto, derechos fundamentales, orden, seguridad y justicia.
“Si hacemos un buen mapeo, lejos se puede decir que la democracia en Venezuela existe y, de hecho, es uno de los sistemas menos democráticos y más autoritarios en la región. Tenemos grandes deficiencias en el ejercicio de los derechos humanos, civiles y políticos”, apunta Trak, también sociólogo.
Las expresiones de esa asfixia de la democracia, precisa, son la inexistencia de la separación de los poderes públicos, la inhabilitación de políticos, la persecución y censura de la prensa venezolana, y la intervención del sistema de partidos.
Además, el chavismo controla 92% de las diputaciones del Parlamento nacional tras una elección poco competitiva y el 100% de las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia son favorables al gobierno de Maduro, señala.
La ausencia de contrapesos es otra variable. La oposición aspira a recuperar espacios en las elecciones regionales del próximo mes mientras asegura que Maduro usurpa su cargo y que es necesario una transición de poder.
Los detractores de Maduro exigen la realización de elecciones presidenciales y del Parlamento libres, justas y verificables. Ambas fracciones políticas estaban sentadas en una mesa de negociación en Ciudad de México, con la facilitación del Reino de Noruega y el acompañamiento de Rusia y Países Bajos.
El diálogo está en suspenso desde mediados de octubre toda vez que el oficialismo venezolano decidió levantarse de la mesa para protestar “el secuestro” y extradición a Estados Unidos del empresario colombiano que Caracas identifica como su enviado especial diplomático, Alex Saab.
Khan, además, llega a Venezuela justo en el inicio de la campaña electoral de cara a las elecciones regionales del 21 de noviembre, donde la mayoría de la oposición nacional participará por primera vez en cuatro años.
2. Economía deprimida
Los indicadores económicos de Venezuela se encuentran entre los más preocupantes de la región. Desde la ascensión al poder de Nicolás Maduro, en 2013, el país experimentó la reducción de al menos 74% de su producto interno bruto, una coyuntura sin precedentes, según estimaciones de economistas independientes y fuentes de la empresa privada venezolana.
En noviembre, Venezuela habrá vivido cuatro años continuos en hiperinflación. El Banco Central afín a Maduro reportó 1.946% de alza de precios de bienes y servicios entre septiembre del año pasado y el mismo mes de 2021.
Luis Crespo, economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela, asegura que el fiscal Khan encontrará un país de profundas inequidades.
“Va a encontrar un país donde más de 50% de la población está fuera de un empleo formal, donde el salario de los trabajadores ha sido destruido y la pensión de los jubilados y pensionados en Venezuela no significa nada”, dice.
Crespo precisa a la Voz de América que 3,5 millones de pensionados y jubilados reciben un pago mensual del Estado venezolano equivalente a 1,7 dólares, y subraya que los salarios de la administración pública están anclados a escalas de solo unos pocos dólares al mes. “Tenemos prácticamente una población condenada a la pobreza y hundida en la mayor inequidad”, afirma.
Si bien firmas como Credit Suisse y EMFI pronostican una recuperación de la economía venezolana en 2021, voceros opositores, expertos en el área y empresarios matizan tal escenario al precisar que se trata de un leve levantamiento de los indicadores tras ocho años de desplome.
3. Desigualdad y fallas de servicios
La vida en Venezuela está marcada por frecuentes fallas de servicios públicos, como la electricidad y el agua. Existe una aguda escasez de gasolina y diésel, por la que suelen notarse kilométricas filas de vehículos a las afueras de las estaciones de servicio, donde los usuarios pernoctan por días.
“El acceso a las necesidades básicas se ha hecho imposible para la mayoría de la población. El acceso a agua potable, luz, comunicaciones, transporte, es muy difícil. Quienes pueden hacerlo de manera continua y en buenas condiciones son un porcentaje muy pequeño”, expresa Crespo a la Voz de América.
La situación nacional, que el gobierno de Maduro suele atribuir a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, ha agravado la pobreza. La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida indicó que 94,5% de los hogares venezolanos es pobre y que la pobreza extrema asciende a 76,6%, niveles jamás vistos.
Ese mismo sondeo advirtió también que Venezuela se ha convertido “en el país más desigual de América”. El país que visitará el fiscal Khan es de migrantes. Se calcula que al menos seis de los 30 millones de venezolanos salieron de sus fronteras para fijar residencia en otras latitudes. Es la segunda población migrante más importante, solo superada por la movilización de sirios.