*** Sobre el planteamiento de exigir al régimen madurista el respeto del derecho a revocar, se han suscitado, como es natural, reacciones de diversa naturaleza
Por CÉSAR PÉREZ VIVAS
Con ocasión del debate existente en el seno de nuestra sociedad, sobre el planteamiento de exigir al régimen madurista el respeto del derecho a revocar, consagrado en el artículo 72 de la Constitución Nacional, mediante el cual los ciudadanos podamos decidir de forma libre, pacífica, democrática y constitucional el destino del país, se han suscitado, como es natural, reacciones de diversa naturaleza que merecen ser examinadas para comprender mejor el comportamiento de determinados actores políticos y las posibles consecuencias a derivarse de las mismas. Intentaré una primera clasificación de los ciudadanos, y especialmente de los actores políticos, en razón de sus posiciones frente a este evento.
- Los Críticos.
En primer lugar surge una corriente de personas con inquietudes, preocupaciones, interrogantes y cuestionamientos legítimos y comprensibles, derivadas de la naturaleza fraudulenta, tramoyera e inmoral que ha caracterizado a la barbarie roja, luego de más de dos décadas de férreo y abusivo control del poder. También surgen opiniones y preguntas derivadas de la situación de fraccionamiento que presenta la oposición política en estos tiempos. A este segmento los definiremos como los críticos para aproximarnos a una metodología sistémica.
En el seno de este sector socio político se ubican ciudadanos y dirigentes de la sociedad comprometidos con un cambio del sistema y del gobierno imperante, con preocupaciones legítimas frente a las dificultades y riesgos que comporta exigir el cumplimiento del derecho a revocar. De entrada expresan sus reservas ante las experiencias vividas con la tramitación de esta herramienta en los años 2004 y 2016. Estiman, unos cuantos, que no vale la pena perder tiempo, recursos y esfuerzos humanos en impulsar una iniciativa, que una autocracia como la imperante, no respetará.
Sostienen que el cambio necesario para nuestro país no llegará como consecuencia de una lucha política, y mucho menos de una consulta electoral democrática. Para ellos el cambio solo será posible por un hecho de fuerza. Sin embargo, le abonan a esta iniciativa un gran valor político y terminan sumando su esfuerzo.
En este segmento hay personas que no valoran suficientemente el cambio experimentado por nuestro país en los seis años anteriores, y fundamentalmente en estos últimos tres. Olvidan que ya Maduro no es un presidente legítimamente reconocido por buena parte de la comunidad democrática mundial, lo cual le ha generado un aislamiento al país y a su gobierno, haciéndose acreedor de sanciones políticas, diplomáticas y económicas significativas. Además el modelo estatista, generador de la destrucción de la economía nacional, y el brutal saqueo perpetrado a las finanzas públicas, le han generado una incapacidad para gobernar.
Tiene un férreo control de los poderes públicos y la fuerza de las armas para sostenerse en el poder, pero cada día está más limitado para gestionar la vida de un país que se cae a pedazos. Hoy Maduro es un presidente investigado por la fiscalía de la Corte Penal Internacional y buena parte de su entorno está sometido a investigaciones y/o judicializado en diversos países por graves delitos como lavado de dinero proveniente de la corrupción administrativa y del narcotráfico. Tales circunstancias tendrán su peso a la hora de lanzar una nueva lucha democrática por el cambio.
Otros expresan preocupación por los mecanismos de control social existentes, los cuales frenarán a muchos ciudadanos, ganados para el cambio, pero dependientes de esos sistemas. Recuerdan los nocivos efectos de la famosa lista Tascón. En asambleas hemos examinado este tema. Ciertamente el régimen no se detiene para utilizar la extorsión, el chantaje y el hostigamiento para inhibir a los ciudadanos e impedirles expresar sus sentimientos de repudio al modelo comunista y al gobierno en funciones. Sin embargo hemos podido apreciar que el alcance de los métodos de control social ya no tienen los mismos efectos del pasado. Cuando el estado tenía recursos en abundancia y muchas personas cuidaban puestos de trabajo bien o medianamente remunerados, disfrutaban de programas sociales en marcha (vivienda, bonos, alimentos, créditos, etc.) u otros privilegios, la presión tenía efectos significativos. En estos tiempos de salarios miserables, de cancelación de programas sociales y de reducida capacidad del estado para someter a los ciudadanos por sus necesidades, la capacidad de control es significativamente menor.
En este campo de los críticos, no faltan los que se dejan impactar por el discurso de los adversarios del Referéndum Revocatorio dedicados a inhibir ciudadanos con conceptos basados en falsos supuestos o consideraciones jurídicas carentes de sostenibilidad, como, por ejemplo, el que tramitar este derecho significaría reconocer a Maduro como un presidente legítimo. O su equivalente, de que este derecho solo es aplicable a un presidente legalmente elegido, y siendo Maduro un presidente instalado en el poder con un fraude no se le puede revocar. Argumentos, todos estos, trabajados en artículos míos y de otros promotores, ya publicados.
- Los Adversarios.
Un segundo grupo de actores políticos y de ciudadanos, ubicados en el campo de la oposición, han reaccionado con una fuerte carga contra el Referéndum. Los clasificaré como los adversarios del RR. Aquí concurren, fundamentalmente dirigentes políticos con agendas personales y grupales colocados por encima de los intereses de la mayoría ciudadana. Personajes que piensan en sus aspiraciones personales y estiman que un cambio de gobierno en el 2022 nos les permitirá acceder al poder a ellos, y entonces prefieren que Maduro continúe antes que otros sectores de la sociedad democrática asuman la conducción de la vida nacional.
Piensan que es mejor esperar hasta el agotamiento del actual periodo constitucional e ir preparando a la sociedad para concurrir a unas elecciones presidenciales a finales del 2024. Sostienen que el país no se va a extinguir en los próximos tres años. Ciertamente Venezuela estará en su misma ubicación actual para esa fecha, pero dejan de lado el sufrimiento que tres años más de Maduro en el poder significarán para la inmensa mayoría de nosotros. A todos esos actores no les faltará nada en ese lapso de tiempo, pero estoy seguro que millones de compatriotas morirán o emigrarán como consecuencia de la tragedia humanitaria que padecemos.
En este segmento de los adversarios no faltan, unos pocos actores, que no avalan nada que ellos no generen o impulsen. Si surgen iniciativas de otros sectores de la sociedad le hacen el vacío o la confrontan directamente. A ello se suman los que de buena o mala fe proponen otros mecanismos constitucionales o políticos para rechazar esta iniciativa.
Por supuesto que también son adversarios del RR los que sostienen que, dada la naturaleza criminal del régimen, la única solución es la de una operación militar. Aprecian estos ciudadanos, sin lugar a dudas, partidarios de un cambio, que exigir y tramitar este derecho es casi un acto de colaboración con la dictadura. Son tan radicales en su reacción, que terminan coincidiendo con los “simuladores de dirigentes opositores”, quienes como veremos, más adelante, le hacen el trabajo al régimen de minar en el seno de la sociedad democrática la confianza en la lucha política y terminan inhibiendo y paralizando a un segmento valioso de la ciudadanía.
También están los calculadores, personajes que cuidan primero sus intereses políticos o económicos y en consecuencia asumen una línea de prudencia, indiferencia o de critica moderada. Seguramente podemos agregar otros perfiles a esta categoría de los adversarios.
3- Los Enemigos del RR
El segmento más complicado es el de los enemigos del Referéndum. Por supuesto que esta categoría la encabeza Nicolás Maduro y su camarilla. Él tiene terror de permitir que el pueblo se exprese. Hará lo que pueda para cerrarle el camino a esta iniciativa. Ya en su programa oficial, conocido como La Hojilla en VTV, en su difusión del pasado 30 de noviembre de 2021, mostró parte de lo que será su artillería de descalificación, confusión y guerra sucia lanzada y por lanzar contra quienes nos hemos atrevido a solicitar la activación de este importante derecho político.
Maduro actuará de forma directa a través de sus voceros políticos y comunicacionales, utilizará el control que tiene sobre los poderes del estado y, además, buscará que actores políticos, camuflageados como opositores, simuladores del rol de dirigentes, se encarguen de confundir a los ciudadanos y de esta forma sembrar la desesperanza, paralizar a grupos de activistas y ciudadanos a los que puedan llegar con sus insulsos argumentos.
Ya varios de ellos han saltado a la palestra para expresar su rechazo al Referéndum Revocatorio con verdaderas galimatías o con mentiras descaradas. Afirman por ejemplo que no puede haber RR porque no se ha dictado la ley que lo desarrolla. O que no es conveniente hacerlo en este momento, ya que ello eleva la polarización de la sociedad. Otros son más descarados y llegan a sostener que debe permitírsele a Maduro terminar su periodo y no perturbarle su mandato.
Por supuesto que esta clasificación admite otras categorías y sub categorías, pero el espacio del artículo nos obliga a dejar esta primera clasificación hasta aquí.
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