***El joven tanque francés ha hecho olvidar a Casemiro inmediatamente.
Por Pablo Polo – Marca
Sí, cierto, costó 80 millones, pero no deja de ser sorprendente que un futbolista de 22 años procedente del Mónaco, aunque con 99 encuentros en la Ligue 1, haya ocupado el puesto de Casemiro, el pivote intocable y que no tuvo oponente en la etapa más exitosa del Real Madrid desde Di Stéfano, con tanta naturalidad. El derbi en El Metropolitano confirmó el buen arranque del francés, que solo se ha perdido la final de la Supercopa (Ancelotti premió al once de París) y el de Liga ante el Mallorca por descanso.
Si todo va sobre ruedas para Tchouaméni, el camino está sin embargo por hacer. Bien lo sabe el mediocentro, que tiene en el malogrado Kobe Bryant a una de sus referencias, y en especial una frase que le dejó marcado. Tenía 9 años y ni siquiera estaba entonces en el Burdeos (su padre, farmacéutico, quiso esperar hasta los once para claudicar ante la insistencia del Girondins), pero aquella frase se le grabó a fuego. «The job’s not finished» (El trabajo no está terminado), respondió el ex jugador de Los Lakers a la pregunta de un periodista después de que su equipo se pusiera 2-0 en las finales de 2009. La serie, por cierto, se fue al final a los cinco partidos. La frase de Kobe pasó a la historia y todavía en el Staples Center está grabada a fuego y se recuerda siempre.
La NBA es de hecho para Aurélien una pasión, pero también un referente en el trabajo de atletas. «Veo vídeos de Kobe Bryant, de Michael Jordan. Son leyendas del deporte. No podemos descansar ni un momento. Mi día a día siempre es trabajar al máximo y mejorar», dijo el día de su presentación. El francés, que comparte esta pasión con su amigo y ahora eterno rival Jules Koundé, comparte también con el ahora azulgrana entrenador y fisio personal, francés pero que ha hecho carrera en Los Ángeles con varios jugadores de la liga americana, Fabrice Gautier.
La aparición del Real Madrid que cambió todo
La aparición estelar de Tchouaméni no ha sorprendido a los ojeadores que le siguen hace tiempo. Era un jugador que para la mayor parte de los clubes tenía todo para triunfar y, de hecho, desde muy joven destacaba sobre el resto. Estaba por tanto en el radar de todos los grandes, pero hay un partido que lo aceleró todo y que puso al Madrid en alerta, la final de la Liga de Naciones entre España y Francia. Deschamps lo convocó y, aunque no partía de titular, la baja de Kanté le impulsó hasta hacerse ahora mismo un fijo de cara al Mundial de Qatar. MARCA avanza el 11 de octubre de 2021, justo después de la final, que el jugador está en el rádar de Juni Calafat, el encargado de fichajes del club blanco.
La semana después de aquella final, el teléfono de su agente, Jonathan Kebe, no para de sonar. Los grandes quieren cerrar cuanto antes algún tipo de compromiso. El Madrid se posiciona entonces y es clave el momento en el que Tchouaméni entiende que el club blanco va en serio a por él. Las remontadas del equipo en Champions le seducen y pese a que el Liverpool ya lo veía en Anfiled, tras la insistencia de Klopp, el mediocentro decide que su sitio es el Madrid y da la orden a su agente tras ver otra noche mágica en el Bernabéu. El club entiende además que es un refuerzo prioritario, no solo por la salida de Casemiro que se produce al final del mercado, sino porque en la Casa Blanca se tenía claro que, más en un año de Mundial en medio de la temporada, había que comenzar con la reforma del medio campo ante la edad de Modric y la más que probable marcha de Kroos cuando acabe su contrato el próximo 30 de junio, salvo que el Madrid logre convencerle de lo contrario. El no de Mbappé acelera el acuerdo, pero el Madrid ya tenía todo más que avanzado.
Ni Benzema, ni Vini, ni Varane fueron tan rápido
Tras nueve partidos, es una realidad que pocos jugadores a su edad se han instalado tan rápido. Raúl González, aún más joven, puede superarle, pero ahí están los casos de Benzema, Varane, Vinicius, Rodrygo, ahora Camavinga… Si bien es cierto que no fueron 80 millones, todos necesitaron un año o más para asentarse.
En el Madrid creen que es su mentalidad y su ambición desmedida lo que le ayuda a jugar con esa confianza. Ancelotti ya ha destacado su inteligencia y madurez para su edad en una rueda de prensa. «Es solo que es inteligente, nada más, se interesa y pregunta muchas cosas», dijo el entrenador tras el triunfo ante el Leipzig.
Cuentan que cuando Tchouaméni visitaba con Florentino Pérez la sala de trofeos y se detuvo ante la estantería con las 14 Champìons, el jugador, en lugar de impresionarse, le soltó al presidente el siguiente órdago: «Yo he venido para ganar más». Su nivel de autoexigencia es máxima y si como dice Kobe el trabajo no está hecho, el francés ha dejado claro a los suyos que los 80 millones son para ser titular.
Recoge el guante de Kroos
Tchouaméni ha caído de pie en el vestuario y Modric y Kroos están encantados con él. Pese a que no tiene el mismo perfil de Casemiro, ha encajado muy bien y cada vez juegan más cómodos los tres juntos. El francés, de hecho, considera que es un privilegio jugar con los dos y aprende de los dos. Aquella frase del alemán en su podcast diciendo que no veía la Ligue 1 y que no conocía mucho a Tchouaméni no le afectó, sino que fue un aliciente más para llegar a Valdebebas. Sabía que era parte del juego y que el alemán lo hacía para motivarle porque ya sabía que si el Madrid pagaba esa cantidad por él, era por algo. Cuando el galo entró en Valdebebas por primera vez, se fue a saludar directo al alemán, tumbado en la camilla, y los dos conectaron rápido.
Tchouaméni afronta ahora un año especial. El Mundial de Qatar será el primero para él. Ya es intocable con su club y con su país, pero como dijo Kobe, para él el trabajo no está hecho.