El Mundial 2030 detrás de la sorpresiva renuncia de Rubiales
El ya expresidente de la Federación Española de Fútbol renunció sorpresivamente este domingo
Tras varias semanas de tensión en el seno de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), la noticia estalló como un trueno en una tarde apacible: Luis Rubiales presentó su dimisión como presidente de la RFEF. Según reseñó el diario Marca, firmado por los periodistas José Félix Díaz y Miguel Ángel Lara, el ambiente en la Federación es de «estupefacción y alivio» ante este giro de los acontecimientos. Ahora la dirección queda a cargo de Pedro Rocha, quien afronta la monumental tarea de redirigir el camino de la organización.
Durante el periodo de Rubiales, la federación atravesó momentos de tensión creciente, llevando la situación a un punto crítico que muchos describen como un «avispero». La comunicación con el ya ex-presidente está cortada debido a sanciones impuestas por la FIFA, y aún así, resuena una pregunta en los corredores de Las Rozas: «¿Por qué no lo ha hecho antes y nos ha evitado estas dos semanas?».
En este contexto, Pedro Rocha tiene dos caminos a considerar. Uno involucra la convocatoria de una Junta Directiva para luego llamar a elecciones, donde el presidente electo tendría mandato hasta septiembre. La otra opción sería esperar hasta enero para convocar elecciones, una estrategia que, según la información del Marca, tendría el respaldo del Consejo Superior de Deportes (CSD), aunque esta entra en conflicto con las normativas vigentes sobre el periodo de elecciones post-Juegos Olímpicos.
No solo está en juego la estabilidad interna de la RFEF, sino también las aspiraciones españolas para ser sede del Mundial 2030. La dimisión de Rubiales llega como un respiro para la candidatura que, según expertos, había quedado «claramente tocada» tras los eventos recientes, incluyendo repercusiones del Mundial Femenino.
La FIFA, organismo que regula el fútbol a nivel mundial, establece claramente que todas las federaciones candidatas a organizar un Mundial deben tener un presidente en funciones para enero o febrero, cuando se lleva a cabo la revisión de candidaturas. En este sentido, la ratificación de Pedro Rocha como líder se vislumbra no solo como un acto administrativo, sino como una acción casi vital para mantener las aspiraciones españolas en pie.
Frente a este panorama, se espera que la dirección interina bajo Rocha pueda navegar estas aguas turbulentas con destreza, poniendo a la RFEF en un camino estable y recuperando la confianza perdida en las últimas semanas. La situación es fluida y se espera más información en los próximos días, mantente atento a las últimas actualizaciones sobre este tema crucial para el futuro del fútbol español.