Mientras que se esperaba una disminución del 2,2% en la venta de viviendas, los números recientes muestran una baja del 8,7%.
A todos aquellos que siguen de cerca la salud económica de EE.UU., aquí tienen un dato que quizás les haya pillado por sorpresa: la venta de casas nuevas ha experimentado una caída significativa, superando las previsiones más pesimistas.
Mientras que se esperaba una disminución del 2,2% en la venta de viviendas, los números recientes muestran una baja del 8,7%. En términos concretos, esto significa que, en lugar de las 699.000 casas que se esperaba vender en agosto, solo se reportaron ventas de 675.000.
La diferencia entre las expectativas y la realidad pone de manifiesto la volatilidad del sector inmobiliario y plantea interrogantes sobre qué factores están detrás de esta disminución. Las repercusiones de estos datos pueden ser extensas, influyendo en las decisiones de inversión, políticas de vivienda y, posiblemente, en la confianza del consumidor en la economía en general.