Un reporte del Observatorio Venezolano de Finanzas señala una baja en los precios, destacando un momento histórico para la economía del país.
En un giro económico sin precedentes en las últimas décadas, Venezuela cerró el mes de febrero con una tasa de deflación del 0,5%, evidenciando una reducción de precios medio punto porcentual en comparación con enero. Este fenómeno, que no se había observado en 17 años, representa un punto de inflexión para una economía que ha estado marcada por la hiperinflación y una pronunciada inestabilidad monetaria.
El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un grupo conformado por expertos económicos, reveló que el sector alimenticio y de bebidas fue donde más se notó la caída de precios, con una disminución del 3,1%. Otros sectores como bebidas alcohólicas y servicios diversos también vieron reducciones significativas en sus tarifas.
Este inusual comportamiento de los precios se debe, según el reporte del OVF, a la apreciación nominal del bolívar frente al dólar, impulsada por un aumento en las ventas de divisas por parte del Banco Central de Venezuela (BCV) y una política de menor emisión monetaria. Aunque algunos sectores como comunicaciones y esparcimiento experimentaron aumentos en sus tarifas, el balance general apunta a una tendencia deflacionaria en el corto plazo.
La inflación acumulada en los primeros dos meses del año se sitúa en un 3,7%, una cifra que contrasta marcadamente con los años anteriores de hiperinflación. El bolívar, por su parte, muestra signos de recuperación al cerrar febrero con una valorización del 0,3% frente al dólar, un cambio notable para la moneda nacional que ha sufrido tres procesos de reconversión monetaria en los últimos años.
Este fenómeno de deflación llega después de que Venezuela saliera de un prolongado periodo de hiperinflación en diciembre de 2021, un contexto en el que los ciudadanos perdieron la confianza en el bolívar y adoptaron de manera no oficial el dólar como mecanismo de protección de sus ingresos.
La noticia de deflación ha generado reacciones mixtas entre expertos y ciudadanos, algunos viéndola como una señal de estabilización económica y otros como una anomalía dentro de un panorama aún incierto. Lo cierto es que este evento marca un capítulo inédito en la historia económica reciente de Venezuela, abriendo el debate sobre las posibles direcciones que tomará la economía del país en el futuro cercano.