Mientras la Unión Europea retira su delegación de Haití debido a la inseguridad, Nayib Bukele ofrece su estrategia contra pandillas como salida al caos.
En medio de la espiral de violencia que ha envuelto a Puerto Príncipe, capital de Haití, la Unión Europea ha tomado medidas drásticas al evacuar a todo su personal del país, un reflejo del grave deterioro de la seguridad que acecha a esta nación caribeña. «Hemos removido todo el personal de la UE de Haití», afirmó Peter Stano, portavoz de la división diplomática de la Comisión Europea, evidenciando la preocupación que embarga al bloque europeo frente a los recientes acontecimientos.
La decisión de la UE llega como respuesta al «dramático deterioro de la situación de inseguridad», lo que ha obligado a reducir sus actividades sobre el terreno y trasladar al personal de su delegación a un lugar seguro fuera de Haití. Este movimiento deja entrever la complejidad de la crisis que atraviesa el país, sumido en un caos alimentado por enfrentamientos entre pandillas armadas y la policía.
Mientras tanto, la comunidad internacional busca caminos para asistir a Haití, con CARICOM convocando a una reunión urgente para abordar la violencia y explorar vías de ayuda. En este contexto, una voz se destaca con una propuesta que ha generado tanto esperanza como escepticismo: la del presidente salvadoreño Nayib Bukele.
Conocido por su controversiales pero efectivas tácticas contra las pandillas en El Salvador, Bukele se ha ofrecido a intervenir en Haití, condicionando su ayuda a la aprobación de la ONU y el consentimiento del país anfitrión. «Podemos arreglarlo», aseguró Bukele, quien ha logrado disminuir significativamente los índices de violencia en su país mediante una «guerra contra las pandillas».
Las declaraciones de Bukele no son meras palabras al aire. El mandatario salvadoreño reaccionó a un impactante video que circula en redes, mostrando la brutalidad a la que ha llegado la violencia en Haití, con pandilleros presuntamente comiendo restos humanos. Este escenario, aunque extremadamente duro, no es desconocido para Bukele, quien comparó la situación actual de Haití con la que enfrentó El Salvador hace algunos años.
«Se equivocaron. Las aniquilamos», sentenció Bukele, refiriéndose a los que dudaban de la capacidad de su gobierno para combatir las pandillas. Esta determinación del presidente salvadoreño de aplicar en Haití las tácticas que, según él, sanaron a su nación, plantea un debate profundo sobre la efectividad y las implicaciones de su enfoque de seguridad.