El cuñado de la presidenta hondureña y secretario del Congreso, Carlos Zelaya, deja su cargo para enfrentar investigaciones, mientras su hijo, el ministro de Defensa, también renuncia en medio de acusaciones y tensiones con Estados Unidos.
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En un giro inesperado que ha sacudido la política hondureña, Carlos Zelaya, secretario del Congreso y cuñado de la presidenta Xiomara Castro, anunció su renuncia este sábado (31.08.2024) para ser investigado por supuestos vínculos con el narcotráfico. Zelaya, quien es hermano del expresidente Manuel Zelaya, afirmó que su decisión tiene como objetivo despojarse de cualquier blindaje político y facilitar las investigaciones en su contra.
«Voy a presentar mi renuncia al Congreso Nacional como diputado y como secretario del Congreso para despojarme de cualquier tipo de blindaje que pueda tener y se me investigue», declaró Zelaya a los medios, subrayando que busca transparencia en el proceso que lo involucra.
La renuncia de Carlos Zelaya sigue a su comparecencia ante la Fiscalía, donde reconoció haber participado en 2013 en una reunión con un conocido narcotraficante hondureño, quien ofreció una «aportación para la campaña» del partido gobernante Libertad y Refundación (Libre). Zelaya insistió en que dicha reunión no contó con el conocimiento o aval ni del entonces presidente Manuel Zelaya ni de la actual presidenta Xiomara Castro. «Fue una reunión unilateral de mi parte», afirmó frente a la Agencia Técnica de Investigación Criminal en Comayagüela.
En un giro aún más dramático, minutos después de las declaraciones de Carlos Zelaya, su hijo, José Manuel Zelaya, ministro de Defensa de Honduras, también presentó su renuncia. «Para que se investigue con toda libertad, he presentado mi renuncia como Ministro de Defensa ante la Presidenta @XiomaraCastroZ resaltando la integridad y el honor de mi Padre @CarlosZelayaR», escribió el ministro en la red social X.
Al día siguiente, José Manuel Zelaya justificó su renuncia como un movimiento para evitar que Estados Unidos lo utilizara contra militares que le son leales y facilitar un posible intento de golpe de Estado. La presidenta Xiomara Castro, en un tono desafiante, afirmó que «se está fraguando un plan en contra de mi Gobierno», insinuando una posible injerencia de Estados Unidos en la crisis política que atraviesa su administración.
Esta crisis se intensificó después de que la embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Laura Dogu, criticara una reunión entre José Manuel Zelaya, el jefe de las Fuerzas Armadas, general Roosevelt Hernández, y el ministro de Defensa de Venezuela, general Vladimir Padrino López. «Estoy sorprendida al verlos sentados al lado de un narcotraficante en Venezuela», declaró Dogu, aumentando la tensión entre ambos países.
Carlos Zelaya, quien fue mencionado en marzo pasado durante el juicio en Nueva York que condenó al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández a 45 años de prisión por narcotráfico, reafirmó su disposición a enfrentar la justicia. «Si mañana mismo el Gobierno de los Estados Unidos cree que tiene los suficientes datos o pruebas para entablar un juicio, mañana mismo puedo presentarme a la justicia estadounidense», aseguró.
Esta serie de renuncias y acusaciones ha desatado una tormenta política en Honduras, poniendo en jaque al gobierno de Xiomara Castro y aumentando las tensiones con Estados Unidos. La salida de Carlos Zelaya y su hijo del escenario político podría ser un intento de reducir la presión sobre la administración, pero también deja abiertas muchas preguntas sobre el futuro del país en medio de la creciente incertidumbre.