Corría la segunda semana de enero y la mayoría de los pequeños y medianos locales del centro de Caracas permanecían con la Santamaría abajo. Lo que parecía la continuidad de unas extensivas festividades navideñas, era en realidad el reflejo de la crisis que ya iniciaba el 2017 golpeando duro.
Fue a partir del 13 de enero, cuando los principales comercios de la ciudad, a excepción de las grandes cadenas de supermercados que si laboraron corrido, arrancaron su rutina.
Carnicerías, charcuterías, ventas de verduras y dos o cuatro panaderías dieron la bienvenida a sus clientes regulares. Pocos de los antes mencionados mantienen aún los mismos precios que dejó el año viejo; el kilo de carne en 7.900 bolívares y el kilo de pechuga de pavo en 14.000 bolívares.
Otros tantos presentan al público el poco inventario que les quedó del 2016.
El presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez confirmó a ENPaís que para esta primera quincena de enero, todavía no se encuentran 100% operativo el sector empresarial.
“Se han perdido muchas empresas, hay mucho escepticismo”, expresó Martínez en torno a la situación crítica que viven las empresas en el comienzo de año.
De esta manera, resalta que el 17% de 5 mil empresas contabilizadas han manifestado que en este primer trimestre no tienen posibilidades de entrar en producción normalizada, pues no cuentan con la materia prima.
Dueños de locales ubicados en las principales avenidas del oeste de la ciudad insisten en que la mercancía a la venta es nueva, sin embargo la falta de camiones distribuidores en la zona revierten lo dicho. Probablemente es el temor a ser fiscalizados, el que habla por ellos.
Otros productos como los elaborados por Bimbo Venezuela se empezaron a observar entre los anaqueles vacíos desde el 15 de diciembre, el 3 de enero. Y aunque los ciudadanos ahora cuentan con algo de pan, es el queso, con aumento de precio, lo que ahora falta.
Un kilo de queso tipo cuajada, medianamente visible en algunas neveras, alcanza los 9 mil bolívares. Un monto que resulta bastante difícil de costear por aquellos que perciben un sueldo mínimo de 40.638 bolívares y que aún así no cubre la totalidad de su costo.
“Será difícil la reposición de mercancía porque a pesar de haber vendido un 100% de lo que se tenía, eso tan solo servirá para la adquisición de un 15% de los productos”, es la denuncia que realiza Consecomercio.
En ese sentido, Cipriana Ramos, presidenta de la organización empresarial se refirió al cierre de alrededor de 400 comercios diarios a principios del año, debido a la escasa producción nacional y la falta de importaciones a causa de las divisas.
Efecto Sundde
A los anaqueles vacíos, se les suman además las fiscalizaciones de la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) efectuadas en noviembre y diciembre de 2016, de las cuales surtirán efectos negativos ahora con la imposible reapertura de esos negocios.
En Caracas, Nueva Esparta y Maracaibo, fueron incontables negocios los que sufrieron a causa de la “discrecionalidad” de funcionarios, que según el presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez aplicaron leyes sin el debido proceso a la defensa.
“Se pagaron y se dieron el vuelto”, comentó al indicar que es imposible contabilizar los daños. “Eso lo verán los ciudadanos que caminan y transitan y observen aquellos negocios que fiscalizaron y luego desaparecieron”.
Por otra parte, están aquellos comercios que se vieron sumamente afectados por los saqueos generados en el estado Bolívar por la falta de billetes y el caos monetario que eso causó.
“Hay más de 400 empresas que no abrirán por lo pronto. Fueron literalmente destruidas en manos del hampa por la indolencia y la no acción de los organismos de seguridad, acompañado del desespero de una población que no se da cuenta”, indicó.
Retos 2017
Para Martínez, se hace cada vez más difícil establecer sus proyecciones a futuro. “Es igual que manejar un carro con los ojos cerrados”, manifestó.
Simplemente los empresarios trabajan con la orientación que posean sobre el tema para poder avanzar. Ello solo se traduce en proyecciones altamente negativas.
“La viabilidad de la empresa cada vez se compromete más”, dijo Martínez, quien pide a las autoridades gubernamentales tomar urgente las medidas necesarias, pues “no reconocer el problema sin abordar las decisiones correctas, no los exime (al gobierno) del deterioro de la calidad de vida de los venezolanos”.
De acuerdo a su juicio, la mejor oportunidad que se tiene para abordar la crisis “es implementar el diálogo social tripartito”, alejado de la conflictividad política.
Foto Archivo ENPaís