Reporte: Así se cocina el salvoconducto para la salida de Maduro

Por Raylí Luján y Francisco Poleo

El ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Ricardo Luna Mendoza, propuso este lunes a Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, como uno de los seis posibles mediadores en el conflicto venezolano. La seguidilla de declaraciones en torno al tema de varios representantes regionales dan cuenta de un operativo continental para asegurarle un salvoconducto al régimen de Nicolás Maduro, condición sine qua non para que abandonen el poder en el cual se encuentran atrincherados por las acusaciones de violaciones a los Derechos Humanos, narcotráfico, nexos con el terrorismo islámico, lavado de dinero, entre otros.

ENPaisZeta.com pudo conocer que la propuesta del canciller Luna ni es fortuita ni es una idea al aire. Es una operación que cuenta con el total respaldo de Trudeau, quien se ha comprometido personalmente a aportar de lleno para desatascar la crisis venezolana. La comunicación Ottawa-Lima-Buenos Aires no cesa y contaría tanto con el respaldo de Washington como el del Vaticano. Además, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, también apoyaría el esfuerzo siempre y cuando sean mediadores aprobados por ambas partes.

Trudeau contaría con el apoyo tanto de la oposición -ya recibió a una comitiva de Voluntad Popular en su despacho- como el del régimen, ya que el canadiense siempre ha mantenido lazos con Cuba a través de sus padres, aunque manteniendo su posición de campeón de las libertades y los Derechos Humanos.

La idea nació en el sur

Ya lo advertía en abril la senadora uruguaya, Verónica Alonso: «Es necesario negociar la salida de Nicolás Maduro con un salvoconducto. Para ello, el expresidente Mujica puede ayudar». 

Estas palabras de Alonso, fueron confirmadas más tarde cuando el director de ENPaisZeta Rafael Poleo, revelaba a principios de mayo la negociación que se asomaba con el presidente argentino, Mauricio Macri a la cabeza.

«La aceleración de la crisis se ha vuelto contra el régimen. La reacción internacional fue estrepitosa y de los centros de poder mundial surgieron las voces que exigen acciones más concretas para lograr un cambio político en Venezuela. Lo que en esos términos concretos parece más sólido es la arriba expuesta gestión de Argentina en Unasur, adminiculada con los pasos que, dentro del ordenamiento legal venezolano, puedan dar la Asamblea Nacional y la Fiscalía General de la República. Es significativo que la primera mención de un salvoconducto que permita a Maduro salvar el pellejo cuando entregue el poder, la hizo una senadora uruguaya ideológicamente afín a lo que Macri representa al otro lado del río de La Plata. Ya este cronista ha señalado que la desesperación de una cúpula acusada de narcotráfico y narcolavado, para la cual salir del poder significa entrar en la cárcel, es la piedra de tranca en el juego político venezolano. Macri no aflojará en este esfuerzo donde tiene mucho que ganar, hasta el convertirse para América en lo que Betancourt fue en los años sesenta. El presidente argentino está bailando pegao con Trump como Betancourt lo hizo con Kennedy, y una acción eficaz en el Caso Venezuela allanaría el camino a sus gestiones para un esfuerzo internacional que reordene y relance la economía argentina. En su discurso del miércoles, Rex Tillerson, el Tiranosaurus Rex de la fauna política global, hombre el más poderoso del planeta, informó el miércoles, hablando de Venezuela, que Estados Unidos entrará de lleno en América Latina, para lo cual está planificando su política  latinoamericana como una totalidad. Son hechos y datos claramente relacionados que se mueven hacia el mismo objetivo: un diseño en el cual no hay lugar para un régimen como el actual venezolano».

En el péndulo de Poleo, publicado en Zeta,  se hacía mención a la fuerte gestión de Argentina en Unasur y la relación con sus principales miembros, aliados del chavismo aunque no del madurismo.

Esta información, también había sido manejada en una publicación de Infobae, en la que se detallaba más a fondo las intenciones de Macri con los países de América Latina con los que se podían tender puentes para lograr la restitución del orden democrático en Venezuela.

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Según advirtieron a Infobae fuentes calificadas del gobierno de Mauricio Macri, la intención de la Argentina es acercar posiciones con Bolivia, Ecuador e incluso Cuba, que son los aliados estratégicos de siempre de Venezuela, para intentar convencer a Maduro en virtud de reestablecer el orden constitucional.

«Hay que tratar de agotar todas las vías posibles y los aliados de Venezuela pueden ser una salvoconducto posible para tratar de alertar al presidente Maduro de poner fin a la gravedad de la crisis de su país», dijo un funcionario que trabaja en el plan de acercamientos de diálogo con el régimen venezolano.

Bajo el mandato de Macri, están abocados a esta tarea de establecer un puente con los aliados de Maduro desde la canciller Susana Malcorra hasta varios embajadores y funcionarios de la Casa Rosada. En todos los casos, la Argentina actúa como presidente pro témpore del Mercosur y presidente actual de la Unasur. Estas jerarquías le dan un margen de maniobra mayor al gobierno para alcanzar una negociación con Venezuela.

Con ello, quedaba claro que la negociación estaba diseñada y, además, era apoyada por vecinos del país que hasta hace poco se negaban a la posibilidad de que la «revolución bolivariana» se acabara.

Unasur, ya estaba fijado como mecanismo clave en el proceso. Luna, el canciller peruano, aseguró el 12 de junio que no hay que obsesionarse con que la solución se encuentre en la OEA. La solución vía el bloque sureño es, incluso, apoyada por líderes mundiales, que a pesar de su poca cercanía con América Latina, se han mostrado preocupados por la crisis en Venezuela.

La canciller alemana, Angela Merkel, – líder de una Unión Europea que ya no camina junto a Estados Unidos- así se lo hizo saber a Macri, en una reunión a principios de junio, en la que se dio un primer llamado a la región a no dejar de hacer esfuerzos para alcanzar una «solución pacífica» a la crisis venezolana.

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No todo quedó allí. Merkel insistió días después, desde Ciudad de México, en medio de una gira por América Latina, que «la situación en Venezuela es realmente muy difícil y la solución no es fácil; estamos todos muy preocupados».

En ese sentido, la canciller europea dejó ver qué se han estado estableciendo estrategias para alcanzar el objetivo de mejorar la situación en el país sudamericano, teniendo en cuenta la importancia de la intervención de los países de la región para lograrlo.

Con más de dos meses de protestas en su contra, el gobierno tambaleante de Nicolás Maduro se muestra cada vez más débil, teniendo como única alternativa este salvoconducto que se viene cocinando y que de acuerdo al escenario político, resulta inminente y necesario.

Foto AVN