Contrabando de gasolina es igual a economías como la de Guyana o Mónaco

La administración de Maduro intenta desesperadamente dar al traste con lo que ocurre en la frontera con la cotización del dólar paralelo, en el que las transacciones en pesos colombianos, la importación de alimentos y el contrabando de gasolina, están íntimamente ligados en un gigantesco negocio, difícil de desmontar.

Lo principal es conocer el circuito en que funciona. Los venezolanos necesitan alimentos y dólares, porque en Venezuela no hay un mercado de divisas libre. Los colombianos requieren de la gasolina “regalada” que produce Venezuela. Los colombianos compran dólares con pesos, que luego ofrecen a los venezolanos en bolívares, los primeros captan por esta vía y por la de la venta de alimentos, la moneda venezolana, para poder pagar las operaciones de contrabando de gasolina con dinero efectivo, una situación que hizo que 49% de los billetes de 100 bolívares, terminaran del otro lado de la frontera.

El colombiano exige cada vez más bolívares, por cada peso, porque así abarata la compra de dólares con su moneda para luego ofrecer a los venezolanos, pero esto es posible, porque al mismo tiempo los volúmenes de gasolina que pasan ilegalmente, son tan altos que su precio en moneda dura se hace estable y hacia la baja, una vez el combustible está en Colombia, de hecho, la gasolina venezolana se vende muy por debajo del precio oficial del vecino país, en su moneda.

Se estima según datos oficiales, que el contrabando es de al menos 45 mil barriles diarios, esto podría ser el menudeo de pequeños bachaqueros. Aunque el economista Ángel García Banchs, estima que el volumen es de al menos 200 mil barriles diarios, ya que involucra el contrabando de gran calado, con subfacturación.

Con el volumen de 200 mbd, se trata de una economía del tamaño de Guyana o Mónaco. Si se dividiera el monto del contrabando, de unos 6,65 mil millones de dólares, entre todos los pobladores de Cúcuta, tocaría 11.754 dólares al año a cada uno. 38% de gasolina de estados orientales colombianos, se surten de gasolina venezolana.

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