Este domingo los venezolanos fueron convocados a expresar su opinión ante la situación por la que atraviesa el país actualmente y la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) convocada por el régimen de Nicolás Maduro.
Este proceso convocado por la Asamblea Nacional se perfila como un hecho de mayor magnitud que el referéndum revocatorio anulado por el régimen el año pasado, según el analista político y coordinador de Venebarometro, Edgard Gutiérrez.
En este sentido, indicó que se espera una participación de 8 u 11 millones de personas para este domingo, en el cual explicó cuatro posibles escenarios para lo que ocurrirá, en el mismo día en que el oficialismo convocó a un simulacro electoral para la Constituyente del próximo 30 de julio.
Desde manifestaciones de calle multitudinarias, hasta desconocimiento de la voluntad del pueblo por parte del régimen y enfrentamiento con los organismos y grupos paramilitares, vislumbra el analista consultado por El Nuevo País.
¿Cómo evalúa usted la situación del país antes de este domingo?
Estamos a horas de un evento inédito en la historia política del país, la oposición en el pasado ha hecho cosas similares, pero nunca a la escala de lo que se pretende para el domingo.
Aquí se han hecho primarias y firmazos a los que han asistido millones de personas, pero lo que se vislumbra para hoy es algo mucho más grande y masivo, además con un carácter político muy distinto, porque es un acto de desobediencia y eso por supuesto está generando inmensas expectativas en todos los sectores.
Por un lado los que se oponen a Miraflores, la expectativa está en cuanta gente puede concurrir a los centros de votación, denominados puntos soberanos y se espera muchísima gente, hay diversos cálculos que rondan incluso entre 8 u 11 millones de personas y eso es un poco la magnitud del hecho político del domingo.
Simultáneamente, tienes en la otra acera al oficialismo y creo que por las múltiples señales que he percibido en las últimas horas de inquietud y nerviosismo.
No se explica que por un lado se intente anular la consulta por la vía del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), precisamente una consulta que se hace para desconocer al TSJ, o sea que es echarle más gasolina al fuego y también, es público, el intento de prohibición de la cobertura informativa de la consulta popular. Además del tema del simulacro del CNE que suman un conjunto de acciones que manifiestan claramente que a Maduro y las demás facciones del oficialismo les inquietan la contundencia con la que se pueda asestar el golpe político del día domingo.
O sea la foto del domingo es una foto ampliada y en alta definición de lo que Maduro quiso evitar tomarse el pasado octubre con el 20% del revocatorio, entonces ahora no va a ser el 20%, sino que va a ser más gente la que concurra a las calles y exprese su opinión.
Eso por supuesto tiene al país a la expectativa, no solamente a los venezolanos sino incluso a la comunidad internacional más cercana al conflicto venezolano.
Mucha gente se ha quedado en el análisis del 16, cuánta gente va a ir, qué significa, si es vinculante o no, entre otras cosas, pero creo que lo verdaderamente relevante es lo que ocurra a partir de esa fecha, porque es el inicio de la denominada hora cero proclamada por los factores que impulsan la consulta y que se avizora como una escalada para ejecutar ese mandato y evidentemente un proceso de radicalización del conflicto, que tiene en la acera del frente a un actor que pareciera no escuchar y entender.
Pareciera estar absolutamente atrincherado en su posición y eso plantearía escenarios de fuerza, no solamente política, en torno a la convocatoria de los ciudadanos a las urnas, sino incluso en la calle.
¿Cuál es la importancia que tiene esta consulta en el ámbito internacional?
Hay varias señales que están como anticipando la manera en que algunos factores y países concretos están interpretando los hechos próximos.
Primero, hay señales desde Europa, la Eurocámara, que te dicen que van a desconocer la Constituyente y no me extrañaría que eso sea un correlato en ese mismo actor, diciendo que saludan y respaldan el llamado emanado de este domingo.
Entonces vas a ver a varios actores diciendo que el pueblo se expresó el domingo 16 y hay que acatar ese mandato, celebrar elecciones libres, negociar y dejar que el pueblo se exprese.
Porque ya se están rechazando lo que significa el domingo 30 que es la Constituyente de Maduro.
¿En el ámbito social del país cuál es la importancia de este hecho?
Los números de la opinión pública son bastante claros desde hace rato, se ve desde hace bastantes meses un generalizado y amplio rechazo a lo que significa la gestión de Maduro, su modelo económico y cuando hablo de amplio es cercano o incluso por encima del umbral del 80%. No hay que olvidar nunca que venimos del aborto del referéndum revocatorio y de la suspensión de las elecciones regionales, aquí el derecho al voto se suspendió de facto y se pretende ahora hacerlo con unas cuestionadas razones.
O sea nadie se engaña en el tema de que la Constituyente es espuria, en el sentido de que no se le preguntó al electorado su acuerdo o no con la convocatoria a una ANC y ¿socialmente cómo se recibe?
Un poco como está el clima de malestar por un lado, rechazo por el otro y critica finalmente a una gestión y a sus iniciativas políticas muy claras.
Hay muchos análisis equivocados que afirman en una clave polarizada que esto es un conflicto entre el Gobierno y la oposición, yo creo que eso cambio desde hace rato, incluso se trata básicamente de la lucha de una sociedad contra un régimen.
Eso es lo que estamos viendo en las calles, es lo que creo vamos a ver este domingo y en los días siguientes.
¿Cuáles serían los posibles escenarios para el lunes después de la consulta?
El más probable es que el domingo las personas lean esto se estén viendo las primeras manifestaciones de calle enérgicas como continuación de la consulta del domingo en modo protesta, reclamando la mayoría para sí y la ejecución del mandato popular que estimo la mayoría de los venezolanos van a dar el 16 de julio.
Ahí comienza la escalada final, como la denominó la oposición, ya con mayor intensidad en el conflicto, veo con claridad mucha calle.
Una cosa que pudiese ocurrir, estamos a poca horas de eso pero en Venezuela la realidad siempre supera la ficción, es que si por alguna razón o ventana de negociación que se termine de abrir a último momento se plantee la desactivación de las «bombas atómicas» (la consulta y la constituyente), entonces entraremos en otro escenario en el que abunde la perplejidad.
Hay un tercer escenario en el que veo con claridad al oficialismo abiertamente desconociendo e ignorando incluso lo expresado en las urnas del 16 de junio y avanzando de manera decidida a la celebración de la Constituyente, lo que plantearía a esa acción una reacción como la descrita en el primer escenario.
El uno y el tres terminan pareciéndose mucho, pero tiene que ver más con quien toma la ofensiva de mejor manera, si lo hace la sociedad que se opone o bien las acciones que pueda tomar el oficialismo.
Hay un cuarto escenario, también lo veo como un comodín nada agradable, que es una maniobra, a mi modo de ver desesperada, de intentar impedir la consulta por la vía de la fuerza, la represión, el aplastamiento haciendo uso de las fuerzas del Estado para que la gente no salga a las calles el domingo, difícil pero no imposible.
Foto Blas Santander /Zeta