Rusia le dio la bienvenida a la Asamblea Constituyente Comunal

Los rusos junto a los países de la ALBA son de los pocos que han defendido la convocatoria, elección e instalación de la Asamblea Constituyente Comunal. Pero detrás de ello no hay sólo razones políticas, sino importantes intereses económicos.

Mientras un creciente número de países ha denunciado la ilegitimidad e inconveniencia  de la Asamblea Constituyente Comunal (ACC) e incluso han dicho que no aceptarán sus resultados, un número menor le ha dado la bienvenida. Entre ellos  “la Madre Rusia”.

Latino América

Los gobiernos latinoamericanos en su mayoría (11) han criticado el llamado a la convocatoria a la ACC y  pedido que fuera suspendida, pues “implicaría el desmantelamiento definitivo de la institucionalidad democrática”. Ellos han puesto en duda la transparencia del proceso que se realizó el 30-J y muchos han decidido no acepar sus resultados, pero hay otros que han felicitado a Maduro. Entre ellos Bolivia, El Salvador, Nicaragua y Cuba.  Todos son del Foro de San Pablo. Como ejemplo Bolivia “que hace votos para que este órgano legítimo y democrático (la ACC), se constituya en un espacio de diálogo y reconciliación entre los venezolanos” y “llama a la comunidad internacional a respetar el proceso democrático”. Evo Morales por su parte, dice no entender “que gobiernos de Colombia, México y Panamá, sumisos a EEUU, digan que no reconocerán los resultados en Venezuela”.

Convocados a evaluar

Perú convocó  una reunión de Cancilleres para el 8 de agosto “a efectos de evaluar la situación en Venezuela”. Contará con la presencia de los cancilleres de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá y Paraguay. Esta invitación no se hace desde ninguna de las organizaciones multilaterales regionales, como Unasur o incluso la CELAC, lo que señala la inoperancia  de estas para enfrentar el problema. Y de ella se han excluido los gobiernos amigos del régimen de Maduro. El canciller uruguayo dijo no haber sido invitado “hasta ahora”. Uruguay no ha criticado la ACC, pero ha pedido al régimen negociar antes de instalarla. Como esto no se dio,  Uruguay podría sumarse.

Los participantes podrían constituirse como un grupo de amigos para coordinar acciones internacionales,  ya que el régimen de Caracas no los acepta como interlocutores. Y podría ser precursor de la aplicación de la Cláusula Democrática del Mercosur y a futuro de un replanteamiento de Unasur. O quizás podrían ir más allá y resucitar la Doctrina Betancourt creando “un cordón sanitario” alrededor de Venezuela.

Extracontinentales

Mientras desde el imperio norteamericano se anuncian y se ejecutan sanciones y se prevén otras más como medio de presionar para que el régimen deje de lado la  ACC y se restituya la democracia, el imperio ruso toma una posición diametralmente contraria.

Desde su Cancillería declara: “Esperamos que los actores regionales y de la comunidad internacional, que están dispuestos a no reconocer los resultados de las elecciones venezolanas e intensificar la presión económica sobre Caracas, muestren contención y renuncien a sus planes destructivos capaces de profundizar la división en la sociedad”. Para ellos, la ACC sentaría “las bases para una solución pacífica de las divergencias en la sociedad venezolana”, que es el discurso chavista. Incluso lamentó que la oposición “ignorara el llamamiento a participar en las elecciones” e “intentara impedir su celebración provocando choques en los que se produjeron víctimas mortales”.

El plan ruso

Rusia que había abandonado Latinoamérica luego de la caída del Muro de Berlín, durante este siglo ha vuelto a interesarse en ella. Nuevos acuerdos incluyendo militares con Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua se han firmado recientemente. Rusia está preocupada por lo que el analista ruso Konstantin Strigunov, especialista en temas militares, considera se pueda dar: un efecto dominó sobre los países mencionados si Venezuela cae en manos de la oposición.  Y para evitar esto  recomienda fortalecer las relaciones con los estados del ALBA y proporcionar ayuda de inteligencia militar para combatir a los “contrainsurgentes” venezolanos. Además de “poder encontrar un terreno común con los grupos de izquierda para usarlos en un modo alternativo al lado del gobierno legítimo de Venezuela”. Y estos están agrupados en el Foro de San Pablo.

Sin duda Rusia se enfrenta como potencia global a los EE.UU. y avanzar alianzas en lo que ha denominado el “patio trasero” de Norteamérica es sin duda un objetivo estratégico.  Especialmente ahora cuando las tensiones entre ambos han escalado  por la intervención de EE.UU. y occidente en lo que los cosacos  consideran su área de influencia, como son Ucrania  y Siria. Y Venezuela es uno de esos objetivos geoestratégico claves en la región.

Lo económico

Los rusos están acosados económicamente. Las sanciones impuestas por su invasión a Crimea y Ucrania han tenido una implicación muy importante sobre la crisis económica al reducir su comercio exterior, a lo cual se une el bajo precio del petróleo. Por esto los cosacos están siendo más activos en la búsqueda de nuevos mercados y socios.

Uno de estos socios es la Venezuela chavista que además busca cobijo bajo el ala del gran imperio exsoviético frente a los EE.UU.

Fuentes bien informadas señalan que la empresa estatal de petróleo ruso Rosneft, que tiene hipotecada a CITGO, estaría más bien interesada en obtener más concesiones en campos petroleros y que incluso estaría dispuesta a aportar US$5 millardos al régimen, además de defender su inversión que llegaría a US$ 8 millardos.

Pero aunque se habría llegado a un acuerdo con el régimen de Maduro, dicho acuerdo debería ser conformado por la Asamblea Nacional en manos de la oposición. Y esto estaría asustando a los rusos en especial cuando “para el segundo semestre se van a firmar importantes documentos para ampliar las inversiones binacionales entre las empresas rusas de petróleo y gas y nuestra Pdvsa”, según acaba de declarar Maduro.

El profesor Mitu Gulati, de la Universidad de Duke, advierte que “si los acreedores no obtienen la aprobación legislativa para las transacciones, están en riesgo significativo de que un gobierno subsiguiente podría repudiar el acuerdo” y “es por eso que la oposición tiene una función legal tan increíblemente importante cuando el gobierno está tan débil”. Más cuando hay un proceso de corrupción de por medio. Y esto es aplicable a los rusos, chinos y en general a todos los que quieran hacer negocios con el régimen.

En este contexto es más fácil entender porque los rusos lideran, con sus “amigos” de la ALBA y la izquierda regional, es decir del Foro de San Pablo,  la defensa de la convocatoria e instalación de la ACC. Es la focalizada guerra fría tropical que reaparece para desgracia de los venezolanos.